Silencio, estrellas negociando
Por Pablo Llonto.
No sabemos cómo serán los futbolistas de cada rincón del mundo. Digamos que por estas tierras andan bastante sumisos. La penúltima aparición de Carlos Tévez, quien le puso el borde de una estocada leve a Julio Grondona, culminó en la última aparición de Carlos Tévez, guardando el facón, sin sangre.
Una reciente ronda de opiniones entre colegas amigos culminó con la pregunta ¿Y qué pasa con los futbolistas que no se le animan al poder? ¿Ya no hay más futbolistas rebeldes? ¿El último de ellos ha sido Maradona?
Tévez denunció que Grondona había faltado a su palabra. Luego recibió la visita de Grondona (40 minutos) y a la salida de la habitación, en el hotel de Dubil, enderezó un poco sus palabras. “Me reuní con Grondona le expliqué lo que dije, me dijo lo que pensaba y me contó lo que pasó con Maradona. Aclaramos todo y todo va por buen camino. Para Grondona soy como un hijo”.
¿Y para qué se pretende – dirá usted – un deportista que meta el dedo en la llaga?
Contestamos con cierta urgencia: para que conozcamos la verdad de todo aquello que sucede en el mundo del fútbol.
El deporte argentino, y el fútbol en particular, tienen demasiados problemas como para contentarnos con la inhibición de los protagonistas.
No sólo les exigimos compromiso a ellos; exigimos compromiso a los periodistas, a los actores, a los escritores, a los trabajadores.
Al poder económico y político (también al poder del fútbol) le conviene un periodismo despolitizado y un mundo de estrellas y protagonistas también despolitizado y silencioso.
Si nuestros futbolistas se callan la boca no harán ninguna contribución a la vida democrática de nuestros queridos deportes y en especial de nuestro querido fútbol.
Por eso cada vez que hablaba Riquelme, cada vez que habló Tévez, uno se adentraba, al fin, en las mínimas noticias necesarias para comprender desde el vaciamiento de los clubes, los negocios de los empresarios, de los dirigentes y, fundamentalmente, los ocultamientos que planifican contra los más desprotegidos: los hinchas, los socios, el pueblo.
Por eso cada vez que hablaba Riquelme, cada vez que habló Tévez, uno se adentraba, al fin, en las mínimas noticias necesarias para comprender desde el vaciamiento de los clubes, los negocios de los empresarios, de los dirigentes y, fundamentalmente, los ocultamientos que planifican contra los más desprotegidos: los hinchas, los socios, el pueblo.
Para los incrédulos, aquellos que descreen de las múltiples cuevas siniestras del fútbol, pueden saber que hace pocos días, en la Universidad de Palermo, se organizó un Seminario sobre Fútbol y Negocios que se llamaba “Un match perfecto”. Por allí desfilaron unos personajes que insisten en llamarse periodistas deportivos como Enrique Macaya Márquez , Alejandro Fantino y Leo Farinella de Olé. Daba un poco de asco leer el título de una de las mesas: “El desafío de transformar a los fans en clientes”.
Por eso estimados, todos tienen que rebelarse. Como Tévez, antes de los 40 minutos con Grondona.
Vaya cagón!!!! !1El jugador del pueblo, que les chupo las medias a los ingleses posando con la Union Jack!!! Pura mierda
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