martes, 24 de agosto de 2010

Firmenich a su hija: en casa no cogés

Su última biografía* cuenta que el “Pepe” Firmenich quería llegar virgen al matrimonio, bien casto y puro. En su momento fue designado como presidente de la Juventud de Estudiantes Católicos con la firma y el aval de Monseñor Antonio Caggiano. Incluso tuvo alguna expectativa con Onganía por su nacionalismo y catolicismo. La anécdota que presenta Puedecolaborar pinta una faceta del líder montonero que en 1990 recibió el indulto de Carlos Menem.


Antes de partir a España había tenido una fuerte discusión con María Inés. Mario Firmenich era un padre exigente que no aceptaba que su hija mayor cayera en la autocompasión y le exigía lo mismo o más que a los demás, contó Adela Segarra y confirmó Isabel Eckerl.

El problema con Inés fue su novio y la violación de las reglas de la casa. Ella lo había llevado a cenar, para que conociera a la familia, y su padre le aclaró que después de la sobremesa debía irse, no estaba permitido que pasara la noche ahí, en la casa familiar, en la Matanza.

"A la mañana Pepe vio salir al novio de la pieza de María Inés. Estaba despeinado y le dijo:´Hola, suegro´. Pepe estalló. Lo llevó a su casa en auto y cuando volvió se metió en la pieza de María Inés y le leyó la Biblia", cuenta Pedernera y se ríe; los ojos se le achinan hasta desaparecer.

Allí hubo una discusión fuerte. No iba a ser para menos, habían criado a una hija de modo que pudiera tomar decisiones propias y sostenerlas. “Ella le dijo que con su vida y sus relaciones hacía lo que quería y Pepe le dijo que sí, pero que no en su casa. La terminó llevando a una pensión y le dijo: ´Para hacer lo que querés te tenés que bancar sola´. Ella terminó en lo de una amiga”, dice Pedernera.

La pelea, que también conoce Montes, se comentó en el círculo de amigos de Firmenich y durante mucho tiempo le hicieron pagar por la rigidez de sus reglas. “En las reuniones hacíamos que leíamos la Biblia y se ponía loco”, dice Pedernera y sonríe con picardía.

(*Del libro Firmenich, La historia jamás contada del jefe montonero de Felipe Celesia y Pablo Waisberg-Aguilar)

6 comentarios:

  1. O sea que era un facho hecho y derecho. Y nunca dejó de serlo.
    Ya me lo sospechaba.

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  2. Ahora, de traicionar a sus semejantes no le enseñó nada no?

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  3. Eh, en esta estoy con Firmenich. Viene el pibe después de empernarte a tu hija en tu propia casa y te tira un "hola suegro"... yo creo que la reacción fue bastante civilizada.

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  4. En todas debé estar con Firmenich vos.
    Ahora sí, decime "gorila".

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