Magdalena junto Claudio Escribano de La Nación |
David es periodista, hijo de Robert Cox, quien fuera director del Buenos Aires Herald durante la dictadura militar hasta que se tuvo que exilar por presión de los militares. María Seoane lo pinta bien: “formaba parte de la elite dirigente, rica y culta de la Argentina. Cox era de derecha, se consideraba a sí mismo liberal en el sentido más estricto del término en cuanto a que detestaba los populismos, defendía definitivamente al capitalismo, era sinceramente anticomunista pero un ferviente defensor de las libertades individuales y los derechos humanos”. Puedecolaborar publica estas líneas cuando se está debatiendo en el país la responsabilidad de las empresas periodísticas durante la dictadura militar.
¿Qué hubiese pasado si todos los medios hubieran decidido hacer lo mismo que su padre?
No hubiese habido desapariciones. Por dos motivos. Cuando el Herald publicaba el nombre de una persona, usualmente aparecía. Y, además, por la sencilla razón de que desaparecer es lo contrario a publicar. Para hacer desaparecer personas, los militares tuvieron la complicidad -para ocultar- de los medios. Aplicaron la censura. Los diarios tienen la responsabilidad de no haber querido hacer visible lo que la dictadura hizo que fuera invisible. Ayudaron a la dictadura a llevar adelante un plan de exterminio físico e ideológico.
¿Su padre era crítico con el periodismo de la época?
Sí. Con La Nación, por ejemplo. Era el diario con el que más contacto tenía. Se encontró con que desaparecía gente y que sus colegas de La Nación, como Claudio Escribano, no querían publicar la lista de los desaparecidos. Él dijo que la respuesta que le daba era que los lectores no estaban interesados en conocer esas historias. El periodismo de esa época trabajaba de una manera extraña. Por ejemplo, cuando un militar informaba las "bajas", todos anotaban y nadie repreguntaba.
¿Qué opina de la política de Derechos Humanos del Gobierno?
La política de Derechos Humanos de este Gobierno es excelente. Lo que me preocupa es que utilicen la política de Derechos Humanos para obtener beneficios políticos. Hay un uso del tema. La política de Derechos Humanos tiene que ser un camino propio, más allá de cuál sea el gobierno.
Habitualmente categorizamos mucho por pertenencias ideológicas, pero gente como Cox nos recuerda que, más allá de lo ideológico, siempre estará el sustrato de si se es buena o mala persona.
ResponderEliminarUn Abrazo
Nunca me gustó Escribano pero que un diario Argentino publicara nombres de desaparecidos era imprensado por el terror reinante.
ResponderEliminarCox, al ser Inglés tenía otras posibilidades, sin quitarle con esto un ápice de su valor.
Aún así Clarín publicaba cosas entre líneas y las ilustraciones de Sábat eran un relato, una denuncia, una crítica.
Quienes lo supieron ver lo premiaron por su defensa de los detechos humanos y de la libertad.
Quien tenga edad, lo haya vivido y no escuchado lo sabe.
La fotografía es tendenciosa.
Magdalena con ironía le decía a los militares lo que muchos de nosotros queríamos decir.
Hasta donde pudo, por supuesto.
Magdalena fué un adalid, hoy no la quieren porque dice lo que piensa, no lo que el gobierno quiere oir.
Ahora es fácil ser valiente
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