Ilustración de Sergio Langer |
Por Juan Carlos Martínez
Los muy exquisitos de las palabras son los que llamaban a los disidentes de la dictadura "terroristas" o"subversivos", a las Madres "las locas", a la dictadura "proceso", a los apropiadores de niños "padres adoptivos", al genocidio "guerra"" y a los genocidas “señor general”, “señor almirante”, “señor brigadier”. No sentían ni sienten asco cada vez que uno de aquellos genocidas reivindica el terrorismo de Estado ni les da asco escuchar a Bergoglio pidiendo que nos reconciliemos con aquellos asesinos que torturaban, violaban y mataban en nombre de dios.
Más que asco, dan ganas de vomitar.
Un 50%, tirando a 60%, de la poblacion de la capital encuadra con esa definición?
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