jueves, 2 de septiembre de 2010

“SI NO TOMAS EL COLEGIO O CORTAS LA CALLE, NO PASA NARANJA”

Asamblea multitudinaria de la facultad de Ciencias Socias en la calle Corrientes en el año 2008, pidiendo por el edificio único.

¿“La toma como medida de fuerza” o “forzados a tomar medidas”?


Por Alejo Lemiña

La abundancia de medidas de fuerza para hacer reclamos por mejores políticas sociales necesita ser analizada no solo desde las partes afectadas (gobiernos, partidos políticos y sectores sociales) sino también desde ese factor común que hace que se repitan y multipliquen: la necesidad, frente a determinados problemas, de hacerse escuchar.

Las tomas de escuelas y de sedes de la Universidad de Buenos Aires que están ocurriendo en estos días, así como infinidad de marchas, cortes, paros o movilizaciones que han sucedido a lo largo de los años, son y fueron el resultado de medidas burocráticas que carecieron de respuestas.

Se necesitó que se cortara el puente internacional para que los medios de comunicación se interesaran en transmitir un reclamo que ya existía en Gualeguaychú dos años antes. Se requirió tomar la Facultad de Ciencias Sociales, el 1º de septiembre de este año, para reavivar mediáticamente el reclamo por un edificio único (que englobe todas las carreras que están divididas en distintas sedes) que se había prometido y ya se había iniciado la obra, pero que nunca se terminó de construir.

Existen falencias tanto en el ámbito periodístico como el político, porque así como se destaca el dilema de lo que es o no es comercializable en los medios, también sobresale que las respuestas gubernamentales se suelan promover recién cuando el agua llega al cuello.

El ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, presentó ante los legisladores un plan de inversión en infraestructura para los colegios de la Ciudad y prometió el definitivo para el 6 de septiembre. Sin embargo, para que eso ocurriera tuvo que hacerse tomas de escuelas durante dos semanas. Solo entonces los diarios publicaron “Hoy hay 44 escuelas que no tienen gas y muchas otras con problemas edilicios”.

Mientras las dos semanas de tomas no sucedían, sólo quedaba resonando el discurso de Mauricio Macri asegurando en 2009: “hicimos 600 obras, record de obras en las escuelas; heredamos 400 sin gas, hoy debe haber una o dos cuando se rompen”.

Hay, entonces, una necesidad forzosa de tener que tomar esta clase de medidas para que los medios de comunicación se interesen en darle voz a un reclamo, y que sea lo suficientemente fuerte y persistente para hacer tambalear la imagen política de algún representante de manera tal de que éste responda.

En tanto perdure esa tendencia política de actuar solo cuando el problema se torna conflictivo para la estabilidad de algún rostro gobernante, es difícil que dejen de abundar los reclamos con medidas de fuerza. Aunque, según el periodista Eduardo Feinmann, los estudiantes toman colegios porque “les encanta”. Quizás deba suponer, siguiendo su concepto, que a los periodistas de Diario Crítica les encanta estar sin trabajo.

5 comentarios:

  1. Lamentable tener que llegar a los extremos para que las cosas se hagan y los reclamos se escuchen...

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  2. Mezclar los problemas de las escuelas de la ciudad con las sedes de la facultad de Ciencias Sociales es como mínimo un acto de hipocresía. El problema es que el año pasado el Partido Obrero traicionó a los estudiantes del Nacional Buenos Aires y del Carlos Pellegrini y perdió las elecciones en Sociales. Ahora necesita recuperar militancia y moviliza todo lo que puede. De paso, en Sociales pide que el Estado le pague un sueldo a los chicos del PO para militar en el PO, si, así nomás.

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  3. entiendo el concepto de la nota... si las cosas se harian como se tendrian q hacer no llegariamos a estos metodos.. pero quizas se filtre un poco eso y parece q la toma de los secundarios es lo mismo que la toma de sociales. A no confundir. Aunque todo reclamo es un reclamo politico (no voy a hacer la boludez del PRO de decir q el conflicto es politico como si fuera "malo"). Una cosa es la toma de los secundarios y otra la toma de Sociales, dnd las agrupaciones de pseudo izquierda, lo hicieron porque querian que el Consejo les gire guita para seguir creyendo que hacen la revolucion. Y faltando semanas para las elecciones se acuerdan del tema que importa a los estudiantes.

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  4. Son válidas todas las críticas a los trasfondos políticos de las diferentes manifestaciones y medidas que, en esa dimensión, seguramente no tienen nada que ver una con la otra.

    En la nota no me propongo volver indiferenciadas las tomas, sino analizar el por qué se llega a ese punto con tanta frecuencia. Es decir, analizar las medidas de fuerza en si mismas como alternativa de reclamo, dejando de lado por un momento todo aquello que refiera a oportunismos, ideales o partidos políticos.

    El punto en el que se relacionan la toma de escuelas con la toma de la facultad de sociales es en que ambas son "una toma", "un reclamo". Justamente es de eso de lo que hablo en la nota, y no creo que por eso sea plausible asumir que eso es un acto de hipocresía.

    Saludos

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  5. Particularmente creo que el punto es ese, el análisis crítico del acto tan recurrente de las manifestaciones en sí. La toma de un edificio público por parte de estudiantes (jóvenes en formación intelectual) es un hecho que jamás debería tomarse con una posición preestablecida y prejuzgando los intereses de antemano.

    La nota, enriquecida por todos los comentarios posteriores, es la calma que desata la tormenta. Por lo tanto me alegra muchísimo que a partir de la misma, se pueda abrir un debate más profundo con respecto al tema. pero eso sí, debe ser con la crítica objetivada pertinente.

    Saludos,
    Luciano Sáliche.

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