Cada país tiene su Carrió, Magnetto o Macri

“DICTADURAS POPULISTAS QUE AFECTAN EL DERECHO DE PROPIEDAD”

Por Pablo Caruso

En este momento histórico de América del Sur, bien se podría decir que cada país tiene su Carrió. Su Carrió o su Duhalde. Su Duhalde o su Magnetto. Su Magnetto o su Ratazzi. Su Ratazzi o su Macri. Su Macri o su Solanas.

 Es que no es cuestión de apellidos, sino de funciones. Estos personajes, en el sentido más teatral de la cuestión, no son causa de cambios, son sus consecuencias. La historia no empieza en todos ellos, sino que tiene su punto de inflexión en su aparición televisiva.

 Se que puede sonar complejo, pero analicemos lo siguiente. Si uno observa, con un nivel de atención medio los discursos de los sectores de la oposición de toda la región, especialmente en los países que se van alejando política y culturalmente de la ortodoxia neoliberal, va a encontrar tantas similitudes que asignarlas a la casualidad sería una patada de atrás, último hombre y expulsión a la reflexión honesta sobre el momento histórico.

 En Argentina, en Uruguay, en Bolivia, Ecuador y Venezuela, en Brasil y Paraguay hay peligro de “dictaduras populistas”. Todos estos países están al borde de la catástrofe institucional, atropellan a la democracia y en el mismo acto se cargan derechos y libertades básicas. La primera, la de la propiedad. Ya no se puede ser dueño de nada en América del Sur. Y por supuesto, la prensa está amordazada, perseguida, censurada.

En cada país hay un candidato opositor que denuncia a grito pelado en algún canal del establishment que se está rifando la riqueza nacional para gastos de campaña, consumo personal y chavización de la política. Salvo en Venezuela, que allí todo se cubaniza.

 La inseguridad también tiene en cada lugar, su propio relator. En ninguna ciudad se puede vivir sin miedo, en todas el delito violento es el dueño de las calles, y cada candidato opositor se encarga de esconder las razones estructurales de una violencia histórica. Para ellos todo es coyuntural, todo empezó con estos dictadores en los gobiernos populares que nos dejan librados a las hordas de negros pobres sanguinarios que ayer se volvieron malos y violentos.

 La inflación es insostenible en la región, y también hay, Dios gracias, un candidato de la oposición para tomar y saber leer los números de los consultores económicos que no se cansan de advertir el desbarranco de la economía por la hinchazón del Estado y los gastos sociales.

 Y cuántas mismas agendas más tienen los mismos personajes en cada país de América del Sur. Y cuántas similitudes en el verbo, en la cadencia, en el gesto corporal. En los publicistas inventándoles la política.

Y nosotros publicando la pelusa del ombligo no podemos apreciar la hermosura del cuadro.

 Similares respuestas básicas (si son efectivas o no, eso se irá viendo) a similares cambios de dirección de las políticas de Estado. Similares políticas de Estado, por actores políticos que supieron leer la recuperación de la política que los movimientos sociales impulsaron cuando el saqueo rascó el fondo de la olla. Similar saqueo de un modelo agotado que pronto, pongámosle la firma, encontrará nuevos y modernos personajes para abortar la profundización.

 Similar profundización que ojalá pueda contener a su favor distintas respuestas originales en el mismo contexto de unión latinoamericana, como para que siempre haya un ejemplo nuevo de pueblo hermano que nos ayude a descifrar el engaño de los malos y los necios, que se llaman distinto pero dicen igual.

 Y eso no es casualidad; es el pánico que los amontona a cenar detrás de las cortinas, en la mesa del poder.