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El gobernador Gildo Insfrán haciendo la “v” de la victoria |
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El gobernador Gildo Insfrán haciendo la “v” de la victoria |
Por Gerardo Yomal
Mirtha Legrand tuvo bastante centimetraje mediático en estos últimos tiempos. Las definiciones de Federico Luppi sobre la diva ayudaron a volverla a poner en primer plano. Es verdad también que es un personaje ideal para satirizar: deja picando todas las pelotas posibles.
Sus clásicos almuerzos televisivos no tienen mucha audiencia, está en un canal chico y su horario está fuera de lo que se llama el “prime time”. Entonces, ¿por qué se la menciona y aparece tanto? ¿Sólo como una buena materia prima, rendidora para 678, Duro de Domar o diferentes sitios periodísticos que simpatizan con el actual gobierno?
Hay muchos condimentos para que “la señora” aparezca reproducida en distintos medios pero creo que hay uno que debemos jerarquizar. Lo que dice “Mirtha” representa el “sentido común” o la ideología de personas que trascienden el mundo de la farándula. Macri, Cobos o incluso Carrió pueden tener definiciones políticas parecidas o iguales a las de la animadora. Justamente lo peligroso es que dirigentes políticos que han obtenido millones de votos de la ciudadanía coincidan ideológicamente con las barbaridades que pueda decir Mirtha Legrand.
Por eso conviene ponerle la lupa no sólo a Mirtha sino a muchos de nuestros políticos: con sus palabras reproducen determinado “sentido común”, lugares comunes muy reaccionarios y cargados de ignorancia.
¡Ah, me olvidaba…: Daniel Scioli también es un político Mirtha.
Siempre para adelante, con optimismo y mucha fe…
Polémica
Por Pablo Caruso
A la decisión del gobierno de trabajar en conjunto con el Fondo Monetario Internacional para elaborar un índice de precios nacionales le falta calidad de comunicación.
Esta nota podría haber esperado unos días más para escuchar las aclaraciones y desarrollos extendidos de sus razones, pero el peso simbólico y por ende político del sujeto en cuestión, el FMI, requería algo más vasto, contundente y compacto, sin espacio para malas interpretaciones.
El ministro de economía en cambio dio una conferencia de prensa escueta, un tanto vaga, que deja picando al fútbol de los caníbales una pelota al borde del área. Centro, y el arquero queda parado cuando debió haber salido con energía y rodilla en alto. La pelota todavía no bajó, no se sabe si habrá peligro de gol, pero la hinchada abre grandes los ojos y pausa el aliento.
No se discute por ahora la decisión, tal vez estratégicamente funcional a nuestras relaciones exteriores, pero hay una contradicción entre técnica y política que para un gobierno muy buen entendedor y respetuoso del valor de lo discursivo, es grave.
Dice Boudou en entrevista a Página12, después de repetir compulsivamente que no nos hemos bajado los pantalones ante el Fondo: “El FMI tiene dos facetas, una técnica y otra de políticas. Desde el punto de vista técnico consideramos que son los más adecuados para avanzar en esto. Es sólo una asistencia técnica”.
Y agrega: “Nuestra posición respecto de las políticas del FMI no cambiaron ni un centímetro; son las que llevaron al país por los peores caminos”.
Haría falta una charla, al menos breve, entre el ministro de economía y el jefe de la bancada oficialista en diputados, el brillante cuadro político Agustín Rossi.
Dijo el diputado también ayer, mientras avanzaba la oposición A, desesperada y torpe como siempre, con la intervención al INDEC: “La oposición buscó durante todo el año parlamentario cercenar las atribuciones del Gobierno para condicionarlo, y ahora le quitan una herramienta de la construcción económica como son las estadísticas estatales”.
Como sabemos, porque nos lo recordó magistralmente el proyecto oficialista, la economía es, ante todo, política. Y por los políticos elegidos por el pueblo debe ser conducida. Es una herramienta de la política, necesita ser operada en función de un proyecto de país. No existe tal diferencia entre técnica y política. La técnica es siempre política, y como tal debe ser explicada. Cavallo es un técnico, y que alguien se anime a decir que fue el político más determinante del menemismo.
Volvamos al punto FMI. Es atribución del gobierno establecer las relaciones del Estado con los organismos financieros internacionales, y es dable creer que alguna buena razón debe haber para que se retroceda, al menos en términos discursivos y políticos, en la relación con una institución que se ha despreciado con toda razón. Por suerte, otro logro de tantos del proceso político, nadie es ajeno a la incidencia del Fondo en las tragedias de nuestro país y la región. Por eso, esta decisión necesita más explicación, incluso y tal vez exagerando, cadena nacional. Necesitamos discurso, palabra política reluciente que nos ayude a apoyar una decisión técnica que tiene que ser mensurada políticamente.
El arquero se quedó en el centro, viene llovida y parece larga. Pero todavía no entra en cámara si algún wing llega por el fondo para el frentazo. La gente, fervorosa y puro aliento, duda en pausa de interrogación. “Que sea una jugada preparada, por Dios”.
“Luppi junto a Andrea del Boca son otros de los voceros oficiales”
“Voceros oficiosos del gobierno aportaron lo peor del ADN peronista”
“Nueva casta de gente del espectáculo que bajó de la Sierra Maestra”
“Las declaraciones de Luppi y Martín García, presidente de Telam, son violentas”