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sábado, 27 de noviembre de 2010

Lanata, ese Grondona de este tiempo, me animó a seguir creyendo

DE LA JUVENTUD MARAVILLOSA A IMBERBES Y ESTÚPIDOS: CRISTINA NO SE PARA EN ESE BALCÓN / A UN AÑO DE LA MUERTE DE KIRCHNER: LA CELEBRACIÓN DE LA POLÍTICA / ORGULLO DE VIVIR EN ESTE SUELO / NO HAY MUCHA DIFERENCIA ENTRE LOS ZOCALEROS Y LOS SOJALEROS / CRISTINA NO PERMITE QUE NINGÚN RUCCI LE SOSTENGA EL PARAGUAS DEL LUTO.


Palabras abiertas a los ciudadanos
Por Raúl Vidal* desde Córdoba,

Una cartografía de la distancia permitirá que las lágrimas se sequen y, como siempre, busquemos seguir. Ya vendrán otras lágrimas. El reposo del guerrero es una falacia, sus ideas no reposan (le pasó a Cervantes); y si no hay descanso… las lágrimas son, si infalibles, una posibilidad que persiste y la Historia nunca se queda quieta ni es unánime. La mediocridad, la crueldad, la traición, la injusticia, el desprecio, el horror, perennes estarán a la vuelta de la esquina. No siempre el sol nos da en la cara.

La muerte, una costumbre rutinaria como pocas, perturba la rutina. La muerte, aún cuando no se esté atento, despierta las conciencias. La muerte es una tramposa que desea dejar expuestos nuestros sentimientos más ocultos, aun siendo contradictorios. La muerte y la calamidad, pero no sólo estas dos evidencias tan frecuentemente negadas en los ánimos, sino también la vivencia empírica de habitar esta tierra, no permiten que nos engañemos: UNA GENERACIÓN NO ALCANZA.

En estos días se ha erigido una certitud: las muertes fruto del desencuentro han fermentado en una sociedad. Sucede que, de la mano de una mayor justicia, estos siete años han hecho germinar en muchos de nosotros algo que, además de bello y sugestivo, es necesario: orgullo de vivir en este suelo, entre nos. Y es que cuando una muerte pasa… se trata de familia, de hermanos, de amigos.

Hace ya un mes atrás, la noche del miércoles 27 de octubre de 2010, alguien dijo en un programa de televisión que, antes que el dolor, el recuerdo. Sin duda es una idea que es puro acierto. Entonces, dejemos de lado el decoro y recato de aquellas flores azules de los pensamientos, e iluminemos nuestro futuro con el recuerdo; pero también, que el dolor no se apure en partir. Que duela. La pena, el desánimo, el desasosiego; en suma, la dificultad y el aprieto nos ha sido muy útil. Porque, a pesar del dolor, sobrevino LA CELEBRACIÓN DE LA POLÍTICA.

Nunca me asustó la crisis de la política, siempre me espantó la crisis de lo humano. Nadie, ninguno entre nosotros, en tanto ciudadanos, somos sinónimo de pureza; por ende, continuamente tenemos la oportunidad de llegar a trascender por lo que estaríamos dispuestos a hacer. Siempre se podrá imaginar en corregir cierto zigzagueo, pero jamás, en absoluto, nunca más, persiguiendo las coordenadas de esa “corrección”, la de aquellos que desde hace un mes brindan y amenazan. Nadie nada nunca ha dependido de una sola persona, de una única acción.

Lanata, ese Grondona de este tiempo, muy a su pesar, me ha animado a seguir creyendo en los cuerpos, las miradas, las voces, antes que en las imágenes manipuladas de los noticieros y en los editoriales cínicos. Hoy, testimoniar lo que uno siente se ha erigido en una sana costumbre. Ya se sabe, ya nos dimos cuenta: no hay mucha diferencia entre los zocaleros y los sojaleros. (La letra canta verdades.) ¡Que él, Mariano Lanata o cualquier comunicador contento con el último estilo de vida que pudo comprar gracias a su servilismo, cargue con esa culpa de haberme abierto los sentidos! A contracara, si algo se le puede agradecer a Néstor es y será una consumación: algunos argentinos ahora nos animamos a escuchar. Gracias, Néstor, porque si no se (la) escucha… la vida no cambia. Que quede claro, no me quejo de lo heterogéneo, nada de eso; rescato en cambio, aquel diverso y múltiple clamor de los que invadieron las plazas… plazas que ya no exigen sólo fuentes donde mojar las patas.

Como en algún momento se vuelve imprescindible detener la mirada, exhumo dos evidencias. Dos escenas de estos últimos meses enlazan nuestro presente con nuestro pasado reciente. (El presente en este país suele ser eterno, crecemos sintiéndonos quietos en movimiento, y damos, como es natural, pasión a quienes no la piden.)

La primera escena es la de los jóvenes en las escuelas. En Buenos Aires, en Córdoba, y desde los últimos días en todos los ágoras del país, la juventud mostró una cara, la de la vida despierta antes que adormilada por un supuesto Fin de la Historia, la de las ideas en desarrollo, creciendo, enrojeciendo ese rostro con el sordo clamor de no repetir “como loros” la experiencia intransferible e intransmisible de los padres. Esto es posible porque hoy no hay, y debemos cuidar que no vuelva a haber, ningún líder con posibilidades ciertas de hablar de “juventud maravillosa” y al otro día de “imberbes y estúpidos que gritan”. Cristina no se para en ese balcón.

La segunda escena es más sencilla, y aunque más fuerte, medular… tan sólo una ida y vuelta entre algunas coincidencias: una primavera, un noviembre, un aeropuerto y un avión, un líder, una lluvia sobre Buenos Aires, un paraguas negro. Cristina no permite que ningún Rucci le sostenga el paraguas del luto.

No tiene nada de malo la furia, si se bien acompaña de música y esperanza.

*psicoanalista, escritor

miércoles, 16 de junio de 2010

¿QUÉ HACE CANAL 7?

No seamos mensos

Por Pablo Llonto.

Uno puede recurrir a las conjeturas del absurdo de mil maneras. Que lo colocó Julio Grondona, que se trata de un favor a cambio de otro, que los viejos enemigos de Clarín son los amigos del gobierno, que formó parte de las conversaciones con el Pepe Mujica, que se trata de un error “del mercado”, que alguien no se dio cuenta. Lo cierto es que un abundante empresario de los medios de comunicación es el comentarista de la TV pública argentina para el Mundial de Fútbol. Para otras mayorías, el hombre es conocido como el Enzo. El Enzo Francescoli.

Dueño de la empresa Tenfield, socio del comerciante uruguayo Paco Casal, comprometido con adquisiciones cuestionadas de los derechos de TV del fútbol de Uruguay, de eliminatorias de Mundial y de las mil maneras de sembrar monopolios, el Enzo fue contratado, con dineros estatales, para trabajar durante el Mundial en el canal emblema de la estatización de los derechos del fútbol. Es decir, del Fútbol para todos, es decir, del Fútbol Gratis, es decir del pueblo recuperando derechos.

A quien sea que se le haya ocurrido el nombre de Francescoli, el asunto es grave.

Grave porque desconoce una historia de luchas antimonopólicas en la Argentina. Grave porque demuestra que todo se sigue manejando a la ligera, o a la valijera, a la hora de mantener coherencias en el discurso y en los hechos. Ya ocurrió con la elección de Marcelo Araujo como relator de nuestros campeonatos. Ya se repitió con la privatización de la producción periodística. Toda esta costumbre de manchar los micrófonos requiere que alguien con sesos se haga cargo de las decisiones sobre periodismo deportivo en “el canal de todos”.

La categoría de ídolo riverplatense de Francescoli no aliviana su turbia relación de los últimos años con los negocios de la TV. Basta leer a unos cuantos periodistas uruguayos para enterarnos de los arreglos, los contratos privilegiados, los llamativos beneficios impositivos, las apretadas, los mensajes mafiosos del grupo Tenfield que Francescoli integra junto a Casal y al ex River Nelson Gutiérrez. Ni Lanata se salvó del largo brazo de Tenfield cuando en su aventura uruguaya intentó investigar el negocio del Paco.


Del Paco Casal.

Y así fue que llegamos a mayo de 2010, y así fue que el comentarista Francescoli ahora despunta sus vicios un rato para el diario Clarín y otros para Canal Siete. ¿Qué extraño, no?

Lo peor es que lo debemos escuchar (poco, casi nada), desabrigando limitaciones, diciendo desde Sudáfrica nada más que “sí, sí, sí” a los acertados análisis de un ex jugador que, en cambio, se ha preparado para brindarle a los espectadores conceptos, novedades y licencias técnicas que ayuden a “ver mejor” los partidos. Nos referimos a Diego Latorre, quizás la revelación de los últimos años en materia de “periodismo por especialistas”.

Superior, muy superior, a un Francescoli que podría ser el comentarista ideal...para TyC o para TN. Allí, donde se bendicen los monopolios y los negociados.

miércoles, 9 de junio de 2010

Hay que agradecer a los Kirchner pero si no los “corres”, hacen la plancha

Por Nahuel Coca
Lo mejor que está pasando en este momento es que la gente está empezando a manejar más datos a la hora de dar su credibilidad. El sujeto argentino está nuevamente buscando su lugar en el futuro del país, viendo por qué vereda camina hacia la historia.

No me canso de decirlo: hay que agradecer a los Kirchner y al grupo de políticos que representan, por una sola cuestión. Cuando los quisieron correr por derecha se fueron a la izquierda de los que los corrían, dejándonos a nosotros la obligación de politizarnos y jugarnos por una postura. Durante años, a Néstor nadie lo corrió, y no pasó absolutamente nada. Una plancha total (2005, 2006, ¿se acuerdan?). Hoy estamos politizados y se caen enormes paradigmas, como CLARIN. ¿Se acuerdan que no había político que resistiera 5 tapas? Hoy nadie le tiene miedo, ni respeto, ni nada.

Lanata le vendió Página 12 a Magnetto. No jodamos. Él lo reconoció el año pasado a la revista Noticias, después de haberlo negado y haberse hecho el boludo durante más de 10 años.

Hoy sabemos que Lanata es un buen periodista en algunos temas, pero con otras cosas es un gran irresponsable. Sino miremos lo que pasó en Crítica, que quedó en manos de un monstruo corrupto transnacional como Mata.Los que están en contra del gobierno no son solo de derecha, pero muchos no son capaces de reconocer que tienen pocos temas en los que oponerse. Viven oponiéndose a las formas, pero cuando tuvieron que discutir medidas concretas o el fondo de la cuestión, debieron callar. ¿Qué es el progresismo? ¿Ser anti-K, o todo lo contrario? Como dijo la filósofa tineliana, "lo dejo a tu criterio".