sábado, 6 de noviembre de 2010

Moyano el más feo, sucio y malo

Fabricando un nuevo demonio


Por Pablo A. Chami


Luego de la muerte de Néstor Kirchner, demonizado por los medios oligopólicos y por la oposición, éstos necesitaban un nuevo demonio. En realidad lo habían señalado antes del fallecimiento del ex presidente con el intento de cargarle el lamentable asesinato de Mariano Ferreyra al líder de la CGT, Hugo Moyano. En efecto, a las pocas horas del fallecimiento, Rosendo Fraga, en su columna del mismo 27 de octubre, con el título: “Sin Kirchner, Cristina puede asumir el poder”, aconsejaba a la Presidenta, “tomar distancia de Hugo Moyano”.

La campaña de demonizar a Moyano, y por carácter transitivo a todo el peronismo y al gobierno, continuó toda la semana, pero fue opacada por las demostraciones de dolor del pueblo ante la pérdida de su líder, y por la sorpresiva presencia de una juventud que se asoma por primera vez a la política y a la militancia.

Pero hoy, 6 de noviembre, cuando ya la conmoción que produjo a la sociedad y la política la muerte de Kirchner comienza a atemperar, continúa con creciente virulencia la campaña de prensa para demonizar a Moyano. Con grandes titulares y en primera plana, La Nación pretende implicar a Moyano en una causa por presunta falsificación de medicamentos.

El socio de La Nación en Papel Prensa, Clarín, también hoy, apunta sus cañones contra Moyano. El editor general adjunto, Ricardo Roa, dice en su editorial:

“Nadie puede decir que Hugo Moyano tiene algo que ver con el crimen del militante de izquierda Mariano Ferreyra. Pero aun así, hay pruebas de que quien manejaba al barra Cristian Favale, acusado por el asesinato, es un dirigente cercano al jefe de la CGT.”

El periódico continúa su prédica y titula otro artículo: “Preocupación empresaria por la ruptura de la tregua con Moyano.
En el tercer artículo del día de hoy, Clarín lo titula: “El número dos de ferroviarios buscó que Favale entrara al Roca.” Y, por supuesto, aclara que es hombre de Moyano.

Estamos en presencia de una campaña de prensa para crear un nuevo demonio que, por supuesto, es poderoso, apoya al gobierno y produce pánico entre los políticos de la oposición, los medios oligopólicos y los empresarios.

7 comentarios:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=9Vtx7G0Ha44&feature=share

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  2. No puedo creer que defiendan a este personaje. No lo puedo creer. ¡Qué poca discusión nos hemos dado! Si sale el tema de Moyano y Pedraza ahora es porque mataron a un pibe. ¿Eso es oportunista? Si, por ejemplo, hubiese pasado algo (otra vez) con relación a digamos, a ver, algún kirchnerista confeso, como ... Blaquier, ¿crees que no lo hubiesen demonizado? Está menos comprometido que Moyano, pero ahí eh.
    Por mi parte espero que la prensa los hunda hasta el cansancio, y no sólo eso, que presente denuncias por todas las corruptelas que se manda este gran hijo de puta. ¿Muy ingenuo? Sí, pero que "el peronismo siempre vuelve a enamorar" es todavía más.

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  3. El problema no es Moyano sino lo que Moyano representa. Lo que quiere el establishment es romper la alianza entre el gobierno y los trabajadores. Porque eso implicaría el cambio de rumbo que tanto le piden a Cristina. No fue hace mucho que tuvimos un gobierno que estuvo enfrentadísimo a Moyano. Tambien a la CTA, a las organizaciones sociales, a los piqueteros. El presidente era un tal De la Rua, que tuvo que sobornar hasta a sus propios senadores para cagar a los trabajadores con la ley Banelco. Así terminó ese gobierno. Moyano podrá ser un burócrata, tener manejos turbios, una historia non sancta en los 70, cuando pertenecía a la Juventud Sindical, pero no es un personaje en las sombras como lo fueron Lopez Rega o el Coti Nosiglia en el alfonsinismo.

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  4. Me parece que más "feos, sucios y malos" para los empresarios y monopolios son los compañeros ferroviarios que luchan contra la precarización, y la izquierda militante que los apoya (como era Mariano Ferreyra, joven socialista y revolucionario).

    saludos
    DP

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  5. Compañeros trotskistas: Todos sabemos que Moyano está mas cerca de Rucci que de Tosco. Y que no es ni revolucionario ni socialista ni nada que se le parezca. Pero el establishment mediático, político y financiero lo ha estigmatizado como el gran demonio y ese es un hecho incontrastable. La clase obrera en los años previos al golpe del 76 estaba en una situación muy superior a la actual. Casi no existía el desempleo, los salarios eran los más altos de America Latina, y los trabajadores se sentían protegidos por las leyes laborales sancionadas por el peronismo. Esa clase obrera, de inequívoca identidad peronista, mayoritariamente no se planteaba el socialismo. Y la burocracia sindical era un reflejo de esa situación. La que si se planteaba el socialismo era la juventud, que si bien tenia componentes obreros, mayoritariamente era de clase media estudiantil. Ahi sí el demonio era la juventud revolucionaria. En cambio la burocracia sindical era un firme aliado del status quo. Este trágico desencuentro terminó con el baño de sangre que todos conocemos. Hoy la situación es otra. El kirchnerismo no se plantea el socialismo. Por ahora es solo un módico reformismo que trata de reparar, en dosis homeopáticas, algunas conquistas sociales que la dictadura y el menemato avasallaron. Por esto, solamente por ésto, se erigió en el gran enemigo del establishment, devolviéndole al peronismo el carácter de "hecho maldito del país burgues" del que nos hablaba John William Cooke. Tal vez si el proceso avanzara hacia un estadio superior, y las masas peronistas se plantearan terminar con el capitalismo, ahí si los Moyano dejarían de ser el enemigo porque otro actor, mucho más peligroso tomaria su lugar: la clase obrera revolucionaria. Lo que quiero significar es que, si bien Alfonsín, Menem o Kirchner fueron todos gobiernos burgueses, no todos los procesos burgueses son iguales y no hay que enfrentarlos a todos del mismo modo. Decir son todos iguales es no saber distinguir el carácter de cada uno. El analfabeto siempre va a decir que para él todos los libros son iguales, justamente porque al no saber leer le parecen todos iguales.

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  6. Hola Hugo. Podrías explicar un poco más la siguiente línea: "Tal vez si el proceso avanzara hacia un estadio superior, y las masas peronistas se plantearan terminar con el capitalismo, ahí si los Moyano dejarían de ser el enemigo porque otro actor, mucho más peligroso tomaria su lugar: la clase obrera revolucionaria." ¿?¿?
    Gabriela.

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  7. Hola Gabriela. Lo que quise decir, tal vez de una manera algo confusa, es que a este momento político se lo puede caracterizar como un tenue reformismo que quiere revertir el desastre neoliberal de los 90. Moyano se transforma en la bestia negra de este proceso porque, de a poco le va arrancando algunas reivindicaciones al gran capital, en una operación conjunta con el gobierno. Todo dentro del sistema capitalista. El estadio superior para la clase trabajadora es pasar de las reinvicaciones laborales al cuestionamiento mismo del sistema. Proponerse derribarlo y reemplazarlo. En este momento no están dadas las condiciones ni objetivas ni subjetivas para llegar a ésto. Pero ya se dio un pequeño gran paso. Se revirtió la tendencia donde los trabajadores siempre perdían y el gran capital siempre ganaba. El nuevo actor, mucho más peligroso que Moyano (o la burocracia sindical que él encarna) sería entonces esa clase trabajadora, representada por una nueva dirigencia, antiburocrática y revolucionaria, producto de una síntesis entre peronismo (esa identidad no la van a perder nunca) y marxismo.

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