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miércoles, 13 de julio de 2011

¿Página 12 se equivocó al publicar la nota de Fito?


DAR LETRA A LA OPOSICIÓN / DE ANIBAL FERNÁNDEZ TODO SE ESPERA… / COMPRENDER LA DERROTA

Opinión
Por Pablo Caruso*
La decisión de los editores del diario Página 12 de publicar en contratapa, una sección editorial, un texto lleno de bronca de Fito Páez, nos pone en un brete interesante. A todos. Por si no la leyeron, de hecho no tienen porqué, ahí va un resumen.

Dice Fito que la mitad de Buenos Aires le da asco, y que hace tiempo que lo viene sintiendo. Dice que hoy Buenos Aires está hecha un estropajo, convertida en una feria de globos que vende libros igual que hamburguesas, y que la mitad de sus habitantes vuelve a celebrar su fiesta de pequeñas conveniencias.

Que a la mitad de los porteños le gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. Que a esa misma mitad le encanta aparentar más que ser. Y que lo que esa mitad está siendo, le repugna.

Que Buenos Aires quiere un gobierno de derechas simplón, gente con ideas para pocos, gente egoísta, hipócrita, y que eso es lo que la mitad de la ciudad de Buenos Aires quiere para sí misma.

No podemos discutir a Fito Páez. Después de todo, es un ciudadano de Buenos Aires, la conoce y desde su impresión habla, y vamos, usted y yo hemos dicho muchas barbaridades similares o peores en nuestros distintos ámbitos de pertenencia. El problema, a mi modo de ver, es que haya sido publicada en la contratapa de Página 12, que como todos sabemos, bien funciona también como tapa.

Hay una decisión editorial de esgrimir la repulsión de Fito Páez por los electores de Mauricio Macri como una lectura válida y validada, legítima pero en su publicación legitimada como la propia sentencia del mismo diario, que como todos sabemos y festejamos, no esconde su pertenencia ideológica y el acompañamiento cada vez menos crítico del gobierno nacional.

Insisto, en la legitimación pública del desprecio y subestimación del electorado que no vota como uno quiere, tenemos un problema serio. Obvio, también lo es que lo exprese sin tapujos el propio Jefe de Gabinete de la Nación. Pero de Aníbal todo se espera y en algo somos responsables por haber aplaudido tanta picardía y calle en respuestas que, más de una vez, ubicaron en tiempo y forma a varios exponentes de los poderes reales de nuestro país.

Pero a horas de una paliza como la del domingo, dar aire, o letra, o contratapa a una mirada enbroncada de un músico que hasta donde uno sabe jamás se recibió de lector experto de derrotas electorales… no ayuda para nada en el gran desafío que quienes no queremos a Macri en la ciudad tenemos: asimilar la derrota, comprenderla, aprender, ser mejores contendientes, interpelar de forma eficiente y efectiva a un electorado esquivo.

En esas mismas contratapas conviven las ideas de Osvaldo Bayer, de Juan Gelman, de Juan Sasturain. Firmas que se juntan con los testimonios de enormes pensadores de nuestra realidad en la historia de esa sección. Quiero decir, no escribe cualquiera. Y para este asunto, Fito Páez es un cualquiera. Lo mismo sería Eduardo Galeano tocando el piano y componiendo armonías.

Pero insisto, no es Fito Páez quien escribe la contratapa, sino una decisión editorial de un medio que expresa al oficialismo. Bien podría haber circulado por otros circuitos que no faltan, especialmente las decenas de autopistas que propone Internet. Allí sería sólo materia opinable. Aquí, en esta contratapa, es lectura política del diario.

Ojo muchachos, que dignificar una derrota puede transformarla en triunfo, pero no comprenderla y encima salir puteando a todos los que vienen a contramano en amplia mayoría, puede poner en duda hasta la más cierta de las certezas.

Que octubre no está tan lejos y todavía nos quedan varias peleas por perder.


*Periodista de radio Cooperativa y de Las Madres

martes, 22 de marzo de 2011

Para Página 12 y La Nación la oposición está en el gobierno

 Y EL GRUPO A EN TERAPIA INTENSIVA


Fernando Cibeira Página 12
El año electoral transcurría con demasiada tranquilidad para el Gobierno como para suponer que siguiera así mucho tiempo más. El conflicto que Hugo Moyano abrió y cerró en 24 horas vino a dejar en claro que, hoy por hoy, los posibles factores de riesgo en el derrotero oficial hacia octubre se encuentran más en las filas propias que en las de la desorientada oposición


Carlos Pagni La Nación
 
Sería un error agotar el inventario de miserias que apareció con el pronunciamiento de Moyano sin advertir que, otra vez, el kirchnerismo demostró ser un enemigo de sí mismo mucho más feroz que la oposición

viernes, 26 de noviembre de 2010

FMI: ¿Nos bajamos los lompas?

LE DEJAN PICANDO LA PELOTA A LOS CANIBALES/DECISIONES QUE NECESITAN EXPLICACIONES POLÍTICAS/FALTA CALIDAD DE COMUNICACIÓN

Polémica

Por Pablo Caruso


A la decisión del gobierno de trabajar en conjunto con el Fondo Monetario Internacional para elaborar un índice de precios nacionales le falta calidad de comunicación.


Esta nota podría haber esperado unos días más para escuchar las aclaraciones y desarrollos extendidos de sus razones, pero el peso simbólico y por ende político del sujeto en cuestión, el FMI, requería algo más vasto, contundente y compacto, sin espacio para malas interpretaciones.


El ministro de economía en cambio dio una conferencia de prensa escueta, un tanto vaga, que deja picando al fútbol de los caníbales una pelota al borde del área. Centro, y el arquero queda parado cuando debió haber salido con energía y rodilla en alto. La pelota todavía no bajó, no se sabe si habrá peligro de gol, pero la hinchada abre grandes los ojos y pausa el aliento.


No se discute por ahora la decisión, tal vez estratégicamente funcional a nuestras relaciones exteriores, pero hay una contradicción entre técnica y política que para un gobierno muy buen entendedor y respetuoso del valor de lo discursivo, es grave.


Dice Boudou en entrevista a Página12, después de repetir compulsivamente que no nos hemos bajado los pantalones ante el Fondo: “El FMI tiene dos facetas, una técnica y otra de políticas. Desde el punto de vista técnico consideramos que son los más adecuados para avanzar en esto. Es sólo una asistencia técnica”.


Y agrega: “Nuestra posición respecto de las políticas del FMI no cambiaron ni un centímetro; son las que llevaron al país por los peores caminos”.

Haría falta una charla, al menos breve, entre el ministro de economía y el jefe de la bancada oficialista en diputados, el brillante cuadro político Agustín Rossi.


Dijo el diputado también ayer, mientras avanzaba la oposición A, desesperada y torpe como siempre, con la intervención al INDEC: “La oposición buscó durante todo el año parlamentario cercenar las atribuciones del Gobierno para condicionarlo, y ahora le quitan una herramienta de la construcción económica como son las estadísticas estatales”.


Como sabemos, porque nos lo recordó magistralmente el proyecto oficialista, la economía es, ante todo, política. Y por los políticos elegidos por el pueblo debe ser conducida. Es una herramienta de la política, necesita ser operada en función de un proyecto de país. No existe tal diferencia entre técnica y política. La técnica es siempre política, y como tal debe ser explicada. Cavallo es un técnico, y que alguien se anime a decir que fue el político más determinante del menemismo.


Volvamos al punto FMI. Es atribución del gobierno establecer las relaciones del Estado con los organismos financieros internacionales, y es dable creer que alguna buena razón debe haber para que se retroceda, al menos en términos discursivos y políticos, en la relación con una institución que se ha despreciado con toda razón. Por suerte, otro logro de tantos del proceso político, nadie es ajeno a la incidencia del Fondo en las tragedias de nuestro país y la región. Por eso, esta decisión necesita más explicación, incluso y tal vez exagerando, cadena nacional. Necesitamos discurso, palabra política reluciente que nos ayude a apoyar una decisión técnica que tiene que ser mensurada políticamente.


El arquero se quedó en el centro, viene llovida y parece larga. Pero todavía no entra en cámara si algún wing llega por el fondo para el frentazo. La gente, fervorosa y puro aliento, duda en pausa de interrogación. “Que sea una jugada preparada, por Dios”.

miércoles, 9 de junio de 2010

Hay que agradecer a los Kirchner pero si no los “corres”, hacen la plancha

Por Nahuel Coca
Lo mejor que está pasando en este momento es que la gente está empezando a manejar más datos a la hora de dar su credibilidad. El sujeto argentino está nuevamente buscando su lugar en el futuro del país, viendo por qué vereda camina hacia la historia.

No me canso de decirlo: hay que agradecer a los Kirchner y al grupo de políticos que representan, por una sola cuestión. Cuando los quisieron correr por derecha se fueron a la izquierda de los que los corrían, dejándonos a nosotros la obligación de politizarnos y jugarnos por una postura. Durante años, a Néstor nadie lo corrió, y no pasó absolutamente nada. Una plancha total (2005, 2006, ¿se acuerdan?). Hoy estamos politizados y se caen enormes paradigmas, como CLARIN. ¿Se acuerdan que no había político que resistiera 5 tapas? Hoy nadie le tiene miedo, ni respeto, ni nada.

Lanata le vendió Página 12 a Magnetto. No jodamos. Él lo reconoció el año pasado a la revista Noticias, después de haberlo negado y haberse hecho el boludo durante más de 10 años.

Hoy sabemos que Lanata es un buen periodista en algunos temas, pero con otras cosas es un gran irresponsable. Sino miremos lo que pasó en Crítica, que quedó en manos de un monstruo corrupto transnacional como Mata.Los que están en contra del gobierno no son solo de derecha, pero muchos no son capaces de reconocer que tienen pocos temas en los que oponerse. Viven oponiéndose a las formas, pero cuando tuvieron que discutir medidas concretas o el fondo de la cuestión, debieron callar. ¿Qué es el progresismo? ¿Ser anti-K, o todo lo contrario? Como dijo la filósofa tineliana, "lo dejo a tu criterio".

martes, 8 de junio de 2010

Alfredo Zaiat: “Lanata no cambió; no era progresista”

Por Rubén Levenberg (especial para Puedecolaborar)


Después de escuchar la entrevista que Gerardo Yomal y Hugo Presman le hicieron en “El Tren”, radio Cooperativa, al periodista Alfredo Zaiat, uno se queda con la idea de que hay ciertos temas tabú en los medios argentinos, hasta que alguien se anima a decir lo que piensa y comprueba que es más fácil de lo que uno creía.

Zaiat dijo que es un error creer que hay colegas que ahora, por la presión de las empresas concentradas o de la polarización mediática dejaron de ser progresistas. El mismo criterio aplicó a Pino Solanas y a Claudio Lozano. La historia, según su opinión, demuestra que nunca lo fueron.

No es sencillo meterse con alguna gente y menos aún con conceptos tan discutidos como el de “progresismo”, un término que el uso convirtió en una forma culposa de eludir la palabra “izquierdismo”. La palabra remite al más puro espíritu burgués y no es casualidad que desde empresarios hasta ideólogos de la centro derecha y de la derecha se sientan progresistas.

En muchos casos el progresismo suele ocultar cierto temor a decir lo que se piensa. La sensibilidad social es un buen recurso para sentirse a salvo, tanto desde supuestas posiciones de izquierda como en la derecha o en la gerencia de Marketing de una gran corporación.

Cuando Zaiat recuerda a algunos de sus ex compañeros de trabajo –entre ellos Jorge Lanata- aclara que no eran progresistas antes y que por eso no han cambiado, siguen sin serlo. Utiliza la acepción más generosa del término, que refiere a una posición de centroizquierda. Tal vez se pueda sumar algún ejemplo. En tiempos de menemismo crudo o aún en el período de don Fernando de la Rúa, buena parte del periodismo progresista decidió “pegar” a los grandes allí donde no duele y desatar su progresismo pegando a los más débiles.

Si una investigación periodística se dirige exclusivamente a demostrar que un diputado tiene a una sobrina como empleada en su despacho, eso más que progresista es reaccionario, una forma de mostrar que la política no sirve.

Si hoy la investigación pasa por determinar si un funcionario hizo o no hizo un peso de más, pero en ningún momento se investiga cuántos millones y con qué caras, nombres y apellidos ciertos empresarios y ejecutivos los sobornaron, no se hace periodismo progresista sino reaccionario, porque el objetivo es mostrar que la política no sirve. Parecer más de lo que se es.

Pero sería injusto focalizarse en el creador de Página 12. Desde los años 70, cuando aquel señor de manos grandes golpeaba sobre una mesa delante de las cámaras de TV para enfatizar su defensa de la causa de los jubilados -defensa que en realidad no aparecía en sus palabras sino sólo en el golpe de su puño- el uso de posiciones progresistas para ocultar actitudes reaccionarias ha variado sólo en el modo y en la instrucción o cultura que se porta.

El uso de la retórica y no las convicciones es lo que define ciertas posiciones profesionales o políticas.

Hoy es progresista pedir una reforma constitucional para que se termine con la masacre ecológica y la exacción económica que genera la minería. Uno busca y busca, pero no encuentra en el mismo discurso ni una referencia a la contaminación ni al desastre ecológico que provoca el uso de glifosato o un pedido para que en una reforma constitucional también se prohíba talar bosques para plantar lo que sea, no sólo soja. Es una lástima, se pierden una buena oportunidad, aunque eso si, dejarían de salir en los medios.

miércoles, 10 de marzo de 2010

¿Es pecado pagar la deuda con reservas?



¿Debería incorporarse el pago de la deuda externa con fondos de reservas a la nueva lista de pecados modernos difundida recientemente por la Iglesia Católica, la cual incorpora el daño al medio ambiente, el uso de drogas, la manipulación genética y la excesiva acumulación de dinero como nuevos Pecados Capitales?
Raúl Degrossi ironiza al Cardenal Bergoglio y nos acerca una posible solución: “Nos hemos reunido para expresar nuestra preocupación por el conflicto institucional y ofrecemos nuestros buenos oficios para encontrar una salida, gestionando del Vaticano un préstamo del Banco Ambrosiano para la Argentina, a tasas que consideramos no llegan a cometer el pecado de la usura.”
¿A ver si la Iglesia toma nota y contribuye a saldar la deuda sin necesidad de ofender a Dios? (¡y no me refiero a Diego Armando eh!).
Por Manuel Yomal.