Por qué soy adicta a 678
por Liliana Mizrahi.
¡Sí! Lo confieso, soy adicta a 678.
En tren de confesar, soy adicta también a la inteligencia, el humor, los espacios y vínculos donde me dejan pensar, y no me saturan diciéndome, sutilmente, lo que después debo repetir. Me gusta que me abran la cabeza.
Soy adicta a la buena onda. Estamos los argentinos muy necesitados de buenas ondas. Buen trato. Buenas noticias. Y, los periodistas de 6 7 8, además de ser agudamente inteligentes y críticos, se ríen, se divierten durante el programa y contagian. La pasan bien entre ellos, desdramatizan la realidad, pero no la banalizan ni la simplifican. Se ríen, son espontáneos. Y ese bienestar con su trabajo, lo transmiten y comparten con nosotros. Entonces, los que vemos 6 7 8 la pasamos bien.
Aprendemos. Pensamos. Descubrimos cosas nuevas que no sabíamos.
Me gusta la gente a la que siento verdadera. Y los periodistas de 6 7 8 son auténticos. La gente verdadera, auténtica, genera seguridad, confianza. Y si programa tras programa, me siento mejor, entiendo más, recuerdo hechos políticos que había olvidado y los archivos me lo recuerdan y me lo muestran, siento que se me juntan cosas que estaban disociadas, comprendo mejor la totalidad y legitimo a los que están del otro lado de la pantalla como excelentes interlocutores.
Confío. Y además, me permiten, la distancia que necesito para pensar. De ahí la gratitud que siento con todos ellos.
Agradezco y disfruto del buen trato que recibo como televidente. No se superponen al hablar, ninguno habla demasiado tiempo, el ritmo permite acompañar la reflexión, hay menos cortes publicitarios, eso hace a la calidad de la comunicación y la posibilidad de oírlos a todos, incluso a nosotros mismos.
Me gustan los invitados.
Mi marido y yo agendamos con minuciosidad los programas. No queremos perderlos. Son parte de nuestra cotidianeidad.
Los grabamos siempre, por las dudas. Nos reímos siempre. Nos emocionamos. Nos mejoran como personas porque aprendemos y crecemos cívicamente, en tanto, nos concientiza como ciudadanos. Ponen en evidencia la realidad concreta.
Estamos más atentos. Escuchamos mejor los que nos dicen en otros medios. Leemos mejor entrelíneas. Sabemos más. Estamos mucho más interesados en las vicisitudes políticas y sociales de Argentina, que no son pocas, pero las miramos con mucho más interés. Argentina es un país interesante.
Que 6 7 8 nos ayude a interesarnos en la realidad, es una forma de movilizarnos, politizarnos y comprender mejor esta Argentina tan compleja y paradojal.
Yo creo que 6 7 8 aporta a un cambio revolucionario.
La mentalidad de muchos argentinos está cambiando. Hay un proceso de transformación que está en marcha, en la comunicación, en la movilización social, en las obras que mejoran la vida de muchos argentinos y muchas más cosas…
Muchos argentinos estamos invirtiendo nuestra inteligencia, nuestra alegría y nuestro amor, para mejorar el país, y para el bien de todos nosotros.
Y 6 7 8, también, qué suerte. Yo lo recomiendo.
lmizrahi@pachami.com
¡Sí! Lo confieso, soy adicta a 678.
En tren de confesar, soy adicta también a la inteligencia, el humor, los espacios y vínculos donde me dejan pensar, y no me saturan diciéndome, sutilmente, lo que después debo repetir. Me gusta que me abran la cabeza.
Soy adicta a la buena onda. Estamos los argentinos muy necesitados de buenas ondas. Buen trato. Buenas noticias. Y, los periodistas de 6 7 8, además de ser agudamente inteligentes y críticos, se ríen, se divierten durante el programa y contagian. La pasan bien entre ellos, desdramatizan la realidad, pero no la banalizan ni la simplifican. Se ríen, son espontáneos. Y ese bienestar con su trabajo, lo transmiten y comparten con nosotros. Entonces, los que vemos 6 7 8 la pasamos bien.
Aprendemos. Pensamos. Descubrimos cosas nuevas que no sabíamos.
Me gusta la gente a la que siento verdadera. Y los periodistas de 6 7 8 son auténticos. La gente verdadera, auténtica, genera seguridad, confianza. Y si programa tras programa, me siento mejor, entiendo más, recuerdo hechos políticos que había olvidado y los archivos me lo recuerdan y me lo muestran, siento que se me juntan cosas que estaban disociadas, comprendo mejor la totalidad y legitimo a los que están del otro lado de la pantalla como excelentes interlocutores.
Confío. Y además, me permiten, la distancia que necesito para pensar. De ahí la gratitud que siento con todos ellos.
Agradezco y disfruto del buen trato que recibo como televidente. No se superponen al hablar, ninguno habla demasiado tiempo, el ritmo permite acompañar la reflexión, hay menos cortes publicitarios, eso hace a la calidad de la comunicación y la posibilidad de oírlos a todos, incluso a nosotros mismos.
Me gustan los invitados.
Mi marido y yo agendamos con minuciosidad los programas. No queremos perderlos. Son parte de nuestra cotidianeidad.
Los grabamos siempre, por las dudas. Nos reímos siempre. Nos emocionamos. Nos mejoran como personas porque aprendemos y crecemos cívicamente, en tanto, nos concientiza como ciudadanos. Ponen en evidencia la realidad concreta.
Estamos más atentos. Escuchamos mejor los que nos dicen en otros medios. Leemos mejor entrelíneas. Sabemos más. Estamos mucho más interesados en las vicisitudes políticas y sociales de Argentina, que no son pocas, pero las miramos con mucho más interés. Argentina es un país interesante.
Que 6 7 8 nos ayude a interesarnos en la realidad, es una forma de movilizarnos, politizarnos y comprender mejor esta Argentina tan compleja y paradojal.
Yo creo que 6 7 8 aporta a un cambio revolucionario.
La mentalidad de muchos argentinos está cambiando. Hay un proceso de transformación que está en marcha, en la comunicación, en la movilización social, en las obras que mejoran la vida de muchos argentinos y muchas más cosas…
Muchos argentinos estamos invirtiendo nuestra inteligencia, nuestra alegría y nuestro amor, para mejorar el país, y para el bien de todos nosotros.
Y 6 7 8, también, qué suerte. Yo lo recomiendo.
lmizrahi@pachami.com
Me asocio. Comparto el placer de sentir un poco de aire fresco con 678. Por lo visto, el programa lo ve muuucha más gente de la que lo reconoce. Eso ya es un logro. Además, los poderosos medios empiezan a criticarlo por todos lados, y eso es señal que les molesta. Y si les molesta, ahí voy a estar yo, acompañando la molestia.
ResponderEliminarAhora empiezan a salir "analistas" que desmenuzan el programa y dicen que es "ultra K" y que la semiótica indica que el lenguaje que utilizan no es el indicado. Otra señal de que los jode. También escuché que esa forma de "comunicar" perjudica al oficialismo; pero, digo yo, cómo lo va a perjudicar si cada día lo ve más gente que de a poco se va dando cuenta de cómo y cuánto los estuvieron (nos estuvieron) "operando" durante tanto tiempo.
En mi caso, también tengo el espacio diario reservado y lo compartimos en familia. Más allá de cualquier consideración "académica" que se le quiera hacer, para mí el programa sirve, aunque no sea el mejor iluminado, el de mejor sonido, el de mejor escenografía y el de mayor rating.
A pesar de lo dicho, tengo una crítica: para balancear un poco tanta mala onda, 678 debería durar 3 horas diarias.
A no aflojar.
Claudio