lunes, 19 de julio de 2010

Terror en Argentina: los chicos se hacen putos y peronistas.


¡No te juntes con esos chicos! ¡Son hijos de divorciados!



Por Liliana Mizrahi


Tenía 10 años y estaba en 5to grado de la escuela General Las Heras, en Buenos Aires.

La maestra, la señorita Nora, nos pidió que nos presentáramos de a una. Era una escuela solamente de nenas.

Cada una de mis compañeras fue contando quién era y que hacía. Algunas chicas, que eran hijas de encargados de edificios, ayudaban a limpiar a sus padres, otras iban al profesorado Magnasco a aprender corte y confección, yo estudiaba piano e inglés, otras hacían declamación o danzas, que estaban de moda, o se quedaban en sus casas ayudando o jugando.

Le tocó el turno de hablar a una compañera que tenía ojos tan claros como el agua, y contó que hacía arte dramático, explicó que era: iniciación teatral para niños, y su profesora era Heddy Crilla. Nunca había escuchado que los niños pudieran hacer teatro, me encantó. Además contó que sus padres estaban separados y vivían en casas separadas. ¡Guauu! Primera vez que escuchaba algo así. Su mamá tenía algo como un novio, que no era su padre, me entusiasmé cada vez más. Contó que su mamá tenía otra pareja, y que ella salía a pasear con su padre, que además le hacía regalos. Yo estaba cercana a desmayarme del asombro y la fascinación ante algo tan nuevo, tan diferente a todo y tan interesante. Quería ser amiga de esa nena.

Mi papá venía a comer, no hablaba casi en la mesa, dormía una breve siesta y se iba a trabajar, a la noche lo mismo y así todos los días.

Mi compañera, que se llamaba Renata, tenía una vida bien distinta. Su madre era psicoanalista, yo ni idea qué era eso, y trabajaba en su consultorio. Para mí era una historia fascinante y corrí a contársela a mi madre llena de entusiasmo y, le pedí permiso para invitarla a casa, mi madre mirándome de reojo me dijo: ¡no quiero que te juntes con esa chica, es hija de divorciados y punto, no es un buen ejemplo! Eran los años 50.


Algunas veces mentía y me iba a casa de Renata que me mostraba los regalos de su papá. Traté de hacerme amiga de ella, a pesar de mi madre. Renata tenía otra vida, otras experiencias, otra cabeza y otra mirada que me parecían muy interesante.

Recuerdo esta anécdota porque ahí me enteré que existía el divorcio, las familias de separados, otro vínculo posible con el padre, un novio para la madre, arte dramático para niños y psicoanálisis, que no supe qué era.

Cuando le conté esta anécdota a mi hijo, me recordó que él también había sido el primer niño, hijo de divorciados, en primer grado.


*****

Nunca más volví a ver a Renata, entonces ¿porqué recuerdo esta anécdota? Porque…

Van a empezar a pasar estas cosas. Algún día va a llegar un niño o niña diciendo, ¡tengo una compañera o compañero que tiene dos mamás, o tiene dos papás!

Otra cultura familiar. Otra organización. Otros roles.

Y seguramente habrá alguna mamá o papá que dirá: ¡no te juntes con esos chicos, no son un buen ejemplo!

Ojalá que no.


*****


La realidad del matrimonio igualitario, nos coloca ante nuevas formas de organización de la familia. Familias venideras, que nos muestran otras culturas, otras ideas acerca de cómo vivir en familia, otras cabezas que piensan diferente, otras costumbres, otro grado de libertad y permiso.

Estamos transitando una experiencia de tras-culturación, que nos enriquecerá, porque rompe con modelos consagrados por la heterosexualidad obligatoria y con roles sexistas y estereotipados de lo que tiene que ser una mama o un papá.

La familia es una institución humana universal, en la que tradicionalmente, se asocia la cultura construida por los seres humanos, al hecho sexual de la reproducción biológica, y es (en ese sentido) que se considera “natural”, a una construcción socio-cultural.

Estamos recién empezando a darnos cuenta y mirar, la variación múltiple e indefinida de las organizaciones familiares.

En “la familia modelo”, y en estas modernas variaciones, algunas formas familiares son duraderas, y otras no lo son.


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Me pregunto:

¿cuál es la historia evolutiva de la familia humana?

La familia tradicional parece afectada por cambios, en su autoridad, en el juego de sus roles, se desarticula el statu quo, y se manifiesta el desorden de su estructura jerárquica, centrada en el principio de dominación patriarcal.

La familia de hoy, mutilada, dividida y multiplicada, está hecha de heridas profundas y malentendidos, silenciosos secretos y recuerdos reprimidos.

La sagrada familia perdió la aureola de virtud, que la convertía en modelo a seguir.

La mutación histórica, cultural y social es muy grande. Se trata de no fundar el orden familiar en las diferencias sexuales y en los roles fijos.

Se trata de fundar el orden familiar en el amor, el reconocimiento y respeto del otro y en la libertad para crear grupos humanos sin prejuicios.

lmizrahi@pachami.com

1 comentario:

  1. Liliana:
    Muy bueno y muy cierto lo que decís. Seguramente la Iglesia olvidó hace mucho que lo que hizo y hace sagrada la familia es el amor.
    Saludos

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