jueves, 8 de julio de 2010

Policía de Macri: un ejército del siglo 18


¿Recomendada por la CIA y el Mossad?

Por Franco Spinetta

Los cadetes de la Policía Metropolitana que cur­san sus estudios en el Instituto de Seguridad Pública porteña deben someterse a un régimen militar y antidemo­crático, según un informe del Ob­servatorio de Derechos Humanos.

Férreo control sobre la privaci­dad, individualización a partir de un número y un sistema de coac­ción que incluye reportes de las relaciones sentimentales o cuando los cadetes van al baño son algu­nos de los puntos del reglamento que el Observatorio indica como propios de un "museo de ejércitos del siglo XVIII". De esta manera, se estaría edificando una "policía an­tidemocrática, autoritaria, vertica­lista y totalmente alejada de la co­munidad, sustentada en principios propios de fuerzas militares que en nada se condicen con un cuer­po de seguridad pensado para ac­tuar en la Ciudad de Buenos Ai­res", indica el mismo informe.

El reglamento sobre el cual se basa el estudio del Oddhh fue publi­cado en el Boletín Oficial 3.436, el 8 de junio. Quien aprueba el docu­mento es Miguel del Castillo, rector del Instituto de Seguridad Pública. Todo con el aval del jefe de Gobier­no, Mauricio Macri.

Algunas de las cuestiones que despertaron preocupación tienen que ver con el estricto régimen que rige sobre los cadetes. "No pueden sentarse ni acostarse en los dormitorios fuera del horario establecido; pueden ser sanciona­dos por tener el pelo largo o por presentar recursos colectivos; no cultivarán amistad con personas de mala reputación o moralidad dudosa", señala el informe. Ade­más, los cadetes deben poner en conocimiento del oficial jefe toda relación sentimental, disposición que "viola flagrantemente dere­chos constitucionales como la li­bertad e intimidad".

Desde el Ministerio de Segu­ridad, comandado por Guillermo Montenegro, respondieron a las acusaciones hechas por el Obser­vatorio. "El reglamento al que se hace referencia es bien de este si­glo, debido a los institutos legales que incorpora, y uno de los más avanzados para academias de for­mación policial, ya que no tiene calabozos, ni tiene prevista la apli­cación de sanciones físicas", apun­ta un e-mail de prensa oficial.

En la misma contestación, se justifica algunos de los aspectos. La más llamativa tiene que ver con la necesidad de informar acerca de las relaciones sentimentales. Según el Ministerio, el Instituto de Seguri­dad Pública es el único que acepta cadetes casados y con hijos. Y acla­ran que "es cierto que deben avisar (muchas empresas privadas también lo exigen), pero es sólo para garanti­zar un mejor desempeño en sus ac­tividades". "El resto de las condicio­nes (comportamientos públicos o en dormitorios) sólo tienen por objeto preservar cierto decoro", agregan.

Para el Observatorio, estas cues­tiones "refuerzan la concepción de espíritu de cuerpo, obediencia de­bida y militarización". Además, se­ñalan que este reglamento viola las leyes de Seguridad Pública 2.894 y 2.895, las cuales prevén una forma­ción basada en el contenido legal y jurisprudencial que respete ordena­miento jurídico vigente. "Un estricto control sobre conductas irrelevantes como el sueño, ir al baño o comer, fomenta un individuo dependiente, temeroso, inseguro y con dificulta­des para ser autosuficiente y autó­nomo", sintetiza el Oddhh.

Legisladores de la oposición re­pudiaron el entrenamiento que re­ciben los aspirantes. "Apelar a me­canismos de disciplina, rigor y subordinación tan fuertes en una policía que debe practicar la proxi­midad con el vecino es seguir erran­do en materia de seguridad", seña­ló el diputado de Encuentro por la Victoria, Roberto "Tito" Nenna. Juan Pablo Arenaza, de la Coalición Cívica, aseguró que la "construc­ción de una fuerza moderna no tie­ne absolutamente nada que ver con esto". "Hay cuestiones que son ab­surdas, que ni siquiera en el Códi­go Militar existen", agregó. Los dos legisladores coincidieron en que se trata de un "claro retroceso" y tam­bién de una "profundización de los métodos represivos". (revista Z)

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