domingo, 18 de julio de 2010

“Los diarios argentinos fueron cómplices de la dictadura; El Herald no”

Por Alberto Ferrari

“Los diarios argentinos fueron cómplices de la dictadura. El Herald no”. Tan simple como lapidario, Robert Cox explica porqué el Buenos Aires Herald publicó listas de desaparecidos y denunció las desapariciones durante la dictadura militar, en el libro “Guerra Sucia, Secretos Sucios”, que escribió su hijo David y será presentado el 27 de julio en Buenos Aires.

"Los periodistas argentinos tenían dos teorías: que nos respaldaba la embajada de Estados Unidos y que, en tanto periódico de idioma extranjero, teníamos inmunidad", recuerda Cox en su libro.

Sin embargo no estaba la CIA o el Departamento de Estado detrás de Cox, sino el respaldo de un grupo editorial y su decisión y la de un puñado de colaboradores de utilizar el diario para salvar vidas “negándose a dejarse silenciar por el terrorismo”.

Cox recordó que pudieron publicar las primeras listas de desaparecidos porque "teníamos el respaldo invalorable" de Peter Manigault, editor de la Evening Post Publishing de Charleston (Estados Unidos), propietaria del diario y que "quería que hiciéramos lo que correspondía e informáramos la verdad".
"Esa era la única diferencia entre el Herald y la prensa argentina de primera línea", enfatizó el ex director del Buenos Aires Herald. Explicación que a tres décadas de aquella experiencia se sintetiza en una frase que todavía resuena a reproche: "los diarios argentinos fueron cómplices de la dictadura. El Herald no".

Cox recuerda que convenció a Jacobo Timerman para que recibiera a los delegados de Amnesty Internacional y que a partir de ese encuentro (el diario) La Opinión se declaró firmemente a favor de los derechos humanos, a menudo citando notas y editoriales del Herald”.

Cinco meses después Timerman y varios de sus editores fueron secuestrados y torturados.

Cox lanzó una campaña internacional que fue decisiva para salvarle la vida, pero él también terminó detenido en el Departamento Central de Policía en una celda cercana a la de Timerman. La excusa fue que el Buenos Aires Herald había publicado información de agencias internacionales sobre una conferencia de prensa de la conducción de Montoneros en Roma.

El ensayo recuerda que Emilio Mignone, fundador del CELS, organizó una colecta para publicar una solicitada en el diario La Prensa con listas de desaparecidos, “modalidad que costaba el doble de lo normal y liberaba al editor de toda responsabilidad acerca de su contenido”.

“Cuando los propietarios de La Nación vieron que en La Prensa había salido la lista, aceptaron publicar también esa misma clase de avisos especiales pagos”, recuerda Cox.

El Herald fue también el primero que denunció la apropiación de los hijos de las víctimas de la represión cuando el abogado uruguayo Juan Pablo Schroeder acudió a Cox en la búsqueda de sus tres nietos desaparecidos, luego del asesinato de su hija y de su yerno, cuyos cuerpos aparecieron junto a los de los senadores Zelmar Michelini y Héctor Gutierrez Ruiz.

Durante días Cox publicó las fotos de Máximo (3 meses), Victoria (18 meses) y Gabriela (4 años) en la tapa del diario con el título "Help Me Save the Children" (ayúdenme a salvar a los hijos), pese a las amenazas de los generales, hasta que finalmente aparecieron los nietos de Schroeder.

El ex director del Buenos Aires Herald decidió abandonar Argentina en diciembre de 1979, cuando las amenazas habituales se transformaron en una evidencia reveladora: "alguien cercano a la familia nos estaba vigilando".

En una carta anónima se le expuso la rutina diaria de su familia, "hacía referencia a datos obtenidos mediante vigilancia electrónica de nuestras viviendas y contenía detalles específicos que sólo podía conocer alguien de adentro. Esa carta nos condujo sin escalas al exilio", confiesa en el libro, descubriendo un misterio de décadas sobre su partida del país.

Las denuncias del Herald le salvaron la vida también a Jorge Fontevecchia, periodista de 20 años en enero de 1979 cuando fue secuestrado y hoy director de Editorial Perfil. "Personalmente le debo la vida a Robert Cox. Gracias al Herald, que informó mi desaparición, los periódicos de todo el mundo publicaron la noticia y las organizaciones de prensa internacionales presionaron a la dictadura para que me dejara en libertad", agradece Fontevecchia en el ensayo.

2 comentarios:

  1. No se, habría que investigar un poco, desconfio de ese diario admirador de Martinez de Hoz, que decia que la dictadura era un horror y que la politica economica estaba barbara...en todo caso no coincidia con el metodo, El Herald queria endeudar, fundir, desindustrializar, planificar la miseria, etc, pero por las "buenas", no con militares...

    ResponderEliminar
  2. La ideología del Herald coincidía con la de Martinez de Hoz. Igualmente creo que fue valiosa y util su postura en relación a los desaparecidos.
    Distintos organismos de derechos humanos lo han reconocido. abrazo.g.y.

    ResponderEliminar