jueves, 27 de mayo de 2010

“Los pueblos originarios se hicieron realidad y empecé a llorar”

Por Liliana Mizrahi

Mi testimonio al desnudo


El jueves pasado, 20 de mayo de 2010, fue un día único y quizás irrepetible para los porteños. Fui a la Plaza de Mayo a recibir y encontrarme con los hermanos de los pueblos originarios.

Al llegar me dí cuenta, que muchos porteños se habían puesto gorritos indígenas, comprados en alguna feria de artesanía. Ese día, esos gorritos, querían decir otra cosa. Yo misma, me puse los colgantes wichis, como si quisiera decirles: siempre me gustaron las cosas que hacen, hoy me gusta mucho que estén acá, que estemos juntos, y además, también apoyo tus reivindicaciones, son justas.

Cuando los ví en el escenario, sentados, las viejitas con moños de colores en la cabeza, y las copleras con sus cajas y sus coplas rellenas de gracia y una joven mapuche con una vincha de monedas de plata, todos ellos, los hubiera querido abrazar y besar.

Me dije a mí misma: esto no es un espectáculo, esto es Historia, con mayúscula. no vinieron por el Bicentenario, no vinieron a pasear, ellos estaban antes que Colón llegara… entonces… ¿nosotros quiénes somos?

La locutora que presentaba los discursos y leía las adhesiones, comenzó a anunciar la cantidad de gente extraviada, que se esperaba en la recova de nuestro blanco y almidonado Cabildo. Gente como diciendo acá estoy, acá sé quién soy.

Todos estamos un poco confundidos y perdidos hoy; estar, codo a codo, con nuestros hermanos indígenas, en la Plaza de Mayo, nos movía el piso a muchos.

En el escenario, una mujer del pueblo aymará, comenzó a hablar y a llorar. Y yo empecé a llorar, y ví a muchos alrededor que la escuchaban con los ojos rojos, vidriosos, mientras ella continuaba con tanta claridad y sinceridad :

“Nosotros sin la Pachamama no podemos vivir… no queremos molestar a la presidenta que está haciendo y se está ocupando del gobierno… queremos que nos vean… acá estamos con los pies heridos de tanto caminar…”

Y así diciendo verdades y llorando se puso a cantar una vidala. En la plaza seguíamos llorando.

Entonces los ví, a todos los indígenas juntos, con sus gorritos y envueltos en ponchos con los colores de la tierra. Y lo primero que me sorprendió fue la baja estatura. Y pensé: ¡están mal alimentados, yo sabía que habían perdido estatura por la alimentación, ¡cuánta! Ahora los estoy viendo. Ellos, empequeñecidos y serios, no lloraban, ni nos miraban. No pude sacarles fotos. No quise.

Quizás había cierta incomodidad en todos. Para ellos y para nosotros, todo era nuevo. Para todos, era la primera vez que estábamos así, tan juntos y tan cerca.

Miré la plaza, llena de gente grande y muchos jóvenes.

En el escenario, dos jóvenes collas decían lo suyo, y después cantaban. Hermosas con sus trenzas pulidas. Vestidas con trajes de colores y mantones bordados.

Sus discursos tenían mucha fuerza, pero el tono de voz era muy suave, y digno, y a la vez cargados de realismo y verdad.

No estamos acostumbrados a escuchar discursos de pura verdad. Conocemos más la retórica vana y vacía, cargada de omisiones y mentiras. El jueves no podía distraerme de lo que decían. Eran todas verdades.

No hay hipocresía en ellos. Ellos y nosotros no somos iguales, apenas parecidos. Los escuchaba y pensé: cuánto tenemos para aprender. Qué deformados que estamos. Hemos perdido sencillez y naturalidad.

También me sorprendió el respeto con que se referían a los ancianos, a la autoridad del cacique, la unidad de creencias, la comunidad, los hermanos.

Ese respeto religioso a la tierra y a la naturaleza, que nosotros desconocemos y para ellos es tan natural.

Anunciaron a un representante del pueblo de los “comechingones”, hubiera jurado, que en la escuela me dijeron, que habían muerto todos. Qué ignorante que soy, que somos. No sé ni cómo viven.

Nuestros hermanos indígenas se hicieron realidad. Salieron de la sombra. Estaban ahí, los podíamos tocar. Treinta pueblos indígenas habitan la Argentina. Son nuestros parientes que salieron de la tierra. Nuestros hermanos. Ojalá este encuentro perdure y sea bueno para todos.

lmizrahi@pachami.com

1 comentario:

  1. No pueden ignorar que este gobierno moviliza, para ellos no es nada q frente a plaza de Mayo estuvimos los de 678 autoconvocados? y el 24 de marzo? y frente al obelisco? y frente a tribunales? y los pueblos Originarios? y los 5 dias hasta el 25 de mayo? y la caminata de Cristina con un pueblo aplaudiendola? que no sean necios, estamos MOVILIZADOS para apoyar al gobierno de Cristina ! Inolvidable los pueblos originarios en la Plaza, mucha emoción junta.

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