De blogueros, foros e Internet
Hace mucho tiempo que escribo en Internet, comencé con una página personal donde escribí sobre temas de mi interés: sobre la expulsión de los judíos de España, acerca de la Inquisición, una novela llamada Sefarad, una biografía de San Martín, y mi último libro: “Antes del 25 de Mayo”, que fue publicado primero en mi blog.
El año pasado comencé a intervenir en los foros, especialmente en La Nación, con el seudónimo PabloA42. Estaba y estoy indignado con la desinformación que caracteriza ese matutino. Los columnistas mienten u ocultan la realidad. Agrandan algunas noticias, especialmente las sospechas de coimas y los pronósticos apocalípticos de Carrió. Ocultan o tergiversan los logros económicos del gobierno con titulares terroríficos que no condicen con la realidad. Cuando comencé mis posteos, que defendían la posición del gobierno, parecían una aguja en un pajar, rodeado de ataques e insultos. Cuando el programa 678 inauguró su sitio en Facebook, pedí ayuda a los miembros del foro. A partir de allí, comenzaron a aparecer una cantidad de posteos apoyando la gestión del gobierno y poniendo en claro las mentiras u omisiones del diario.
Internet produjo una brecha en la monotonía informática de los medios oligopólicos. Si bien ellos tienen su línea editorial opositora, en los foros se cuela otra visión de la información y de la Argentina. Me hace acordar lo que sucedía durante las dictaduras militares: la información respondía a las directivas de esos gobiernos que ocultaban la realidad de lo que pasaba. Entonces sintonizábamos Radio Colonia, que también era una grieta en la uniformidad periodística de esos momentos. Cuando el ciudadano se da cuenta que los medios ocultan partes importantes de la realidad y que esconden información, deja de creerles y busca otras formas de informarse y de expresarse. De allí el éxito de las convocatorias de 678, Facebook y los blogs.
Para terminar, una anécdota forista de este 30 de abril, por la mañana. Me desperté temprano y entré en la página de La Nación. La primera noticia era una editorial del diario donde se criticaba la decisión de la Corte de declarar nulo el indulto a Martínez de Hoz. Decía cosas como: “el país está a punto de ser sumergido en una deleznable caza de brujas en la que, sin objetivos demasiado precisos, se buscará penalizar por fuera de la ley a quienes ejerzan una oposición real o simbólica con el actual elenco de poder. Atractivo y electrizante espectáculo que no alcanzará para ocultar que las columnas del oficialismo comenzaron a ser corroídas por graves episodios de corrupción.”
Había cantidad de foristas criticando el editorial: ¡Victoria! Me sentí acompañado y reconfortado.
Contesté un poco en broma y un poco en serio: “Muy bueno este editorial de La Nación. De esta forma los lectores sabrán qué defiende este periódico. La justicia tiene en sus manos la causa de Martínez de Hoz, y es allí donde se lo debe juzgar. La justicia determinará si es culpable o inocente. Pero este editorial parece salido de la boca de Carrió. Dice que el gobierno va a “fabricar supuestas "pruebas" de las siempre tan denunciadas como inverosímiles conspiraciones”, y luego termina diciendo que el país “está a punto de ser sumergido en una deleznable caza de brujas”. Por favor, no pronostiquen cosas que nunca suceden.
En La Nación, cuando alguien responde a un post, mandan un aviso por mail. A las diez de la mañana no había recibido ningún comentario, cosa que me extrañó. Entré nuevamente a la página de La Nación y ¡Oh! Sorpresa, el editorial había desaparecido de la página de La Nación en Internet.
Hace mucho tiempo que escribo en Internet, comencé con una página personal donde escribí sobre temas de mi interés: sobre la expulsión de los judíos de España, acerca de la Inquisición, una novela llamada Sefarad, una biografía de San Martín, y mi último libro: “Antes del 25 de Mayo”, que fue publicado primero en mi blog.
El año pasado comencé a intervenir en los foros, especialmente en La Nación, con el seudónimo PabloA42. Estaba y estoy indignado con la desinformación que caracteriza ese matutino. Los columnistas mienten u ocultan la realidad. Agrandan algunas noticias, especialmente las sospechas de coimas y los pronósticos apocalípticos de Carrió. Ocultan o tergiversan los logros económicos del gobierno con titulares terroríficos que no condicen con la realidad. Cuando comencé mis posteos, que defendían la posición del gobierno, parecían una aguja en un pajar, rodeado de ataques e insultos. Cuando el programa 678 inauguró su sitio en Facebook, pedí ayuda a los miembros del foro. A partir de allí, comenzaron a aparecer una cantidad de posteos apoyando la gestión del gobierno y poniendo en claro las mentiras u omisiones del diario.
Internet produjo una brecha en la monotonía informática de los medios oligopólicos. Si bien ellos tienen su línea editorial opositora, en los foros se cuela otra visión de la información y de la Argentina. Me hace acordar lo que sucedía durante las dictaduras militares: la información respondía a las directivas de esos gobiernos que ocultaban la realidad de lo que pasaba. Entonces sintonizábamos Radio Colonia, que también era una grieta en la uniformidad periodística de esos momentos. Cuando el ciudadano se da cuenta que los medios ocultan partes importantes de la realidad y que esconden información, deja de creerles y busca otras formas de informarse y de expresarse. De allí el éxito de las convocatorias de 678, Facebook y los blogs.
Para terminar, una anécdota forista de este 30 de abril, por la mañana. Me desperté temprano y entré en la página de La Nación. La primera noticia era una editorial del diario donde se criticaba la decisión de la Corte de declarar nulo el indulto a Martínez de Hoz. Decía cosas como: “el país está a punto de ser sumergido en una deleznable caza de brujas en la que, sin objetivos demasiado precisos, se buscará penalizar por fuera de la ley a quienes ejerzan una oposición real o simbólica con el actual elenco de poder. Atractivo y electrizante espectáculo que no alcanzará para ocultar que las columnas del oficialismo comenzaron a ser corroídas por graves episodios de corrupción.”
Había cantidad de foristas criticando el editorial: ¡Victoria! Me sentí acompañado y reconfortado.
Contesté un poco en broma y un poco en serio: “Muy bueno este editorial de La Nación. De esta forma los lectores sabrán qué defiende este periódico. La justicia tiene en sus manos la causa de Martínez de Hoz, y es allí donde se lo debe juzgar. La justicia determinará si es culpable o inocente. Pero este editorial parece salido de la boca de Carrió. Dice que el gobierno va a “fabricar supuestas "pruebas" de las siempre tan denunciadas como inverosímiles conspiraciones”, y luego termina diciendo que el país “está a punto de ser sumergido en una deleznable caza de brujas”. Por favor, no pronostiquen cosas que nunca suceden.
En La Nación, cuando alguien responde a un post, mandan un aviso por mail. A las diez de la mañana no había recibido ningún comentario, cosa que me extrañó. Entré nuevamente a la página de La Nación y ¡Oh! Sorpresa, el editorial había desaparecido de la página de La Nación en Internet.
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