jueves, 13 de mayo de 2010

“Lo miro a Cobos o a Macri y Kirchner es Lenin”

Por Roberto Gargarella

Debates: "La alternativa es mucho peor”

Una expresión clásica entre los que defienden al gobierno, desde posiciones progresistas, es la que afirma –de modo simple y concluyente- que “la oposición es mucho peor que quienes hoy nos gobiernan.” ¿Para qué probar alternativas, entonces, que amenazan con acabar con lo bueno que ahora se ha hecho, al tiempo que no prometen nada demasiado interesante, sino, en todo caso, políticas repudiables? Las dificultades que uno puede encontrar con esta postura son múltiples, y aquí sólo me refiero a algunas:

En primer lugar, la existencia de alternativas peores no provee ninguna excusa para dejar de hacer críticas necesarias: si ciertos funcionarios del gobierno defienden lo indefendible (i.e., políticas de “mano dura”), o incurren en conductas ilegales (i.e., sobornos) ellos deben ser denunciados y criticados, en lugar de amparados a través de la justificación o el silencio, como hoy cotidianamente ocurre, por parte de sectores bien formados e informados.

En segundo lugar, la afirmación según la cual “la oposición es peor” supone que criticando al gobierno se lo debilita, cuando la crítica puede servir perfectamente para fortalecerlo.

En tercer lugar, es totalmente posible hacer las dos cosas al mismo tiempo, esto es, criticar al gobierno y a la oposición.

En cuarto lugar, la afirmación del caso presupone también (alguien podría decir, interesadamente) una noción errónea (y a la vez tan presente en la historia de la política argentina), según la cual nuestra política es simplemente binaria.

En otras palabras, se supone aquí la existencia de sólo dos bandos u opciones políticas, que no dejan opciones serias a sus costados. Sin embargo, esta idea enfrenta al menos dos dificultades serias. Primero, ella es empíricamente falsa, dado que la oposición es, si algo, diversa y heterogénea. Y en segundo lugar, y lo que resulta tal vez más importante, se trata de una profecía que quiere autorrealizarse, dado que este tipo de argumentos socavan la posibilidad de formar coaliciones diversas y transversales, al ponerse a favor del status quo.

En lugar, entonces, de criticar incondicional y severamente lo que es criticable; y en lugar de bregar incansablemente por la formación de coaliciones diferentes, menos comprometidas con lo peor del pasado, este argumento se pone al servicio de los pactos y las políticas que existen, por más que tales políticas incluyan conductas y acuerdos aberrantes, que de este modo quedan bien a resguardo.

Finalmente, en quinto lugar, y frente a una variante del argumento en cuestión que diría, en este caso, que la oposición “no tiene propuestas”, podría señalarse lo siguiente.

Mucho de lo interesante que apareció en estos años resulta un producto del trabajo de años que vinieron haciendo movimientos sociales y partidos distintos del oficialismo. Fue la oposición la que insistió, una y otra vez, con variantes del Ingreso Básico Incondicional, que el oficialismo rechazaba, hasta que aprobó una versión mucho menos radical de aquella propuesta, a través de la Asignación por Hijos; la causa del matrimonio gay, bandera habitual de la izquierda, resultó absolutamente ajena al oficialismo, hasta hace pocas semanas; la oposición supo presentar, años atrás, un detallado proyecto de ley de radiodifusión, que fue bastardeado entonces por el peronismo.

4 comentarios:

  1. Y... si la miro a Biblita ,Cristina es Rosa Luxemburgo ,que duda cabe

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  2. Adhiero totalmente a la idea de que sea la política la que se coloque en el centro y sea la articuladora de los distintos sectores en pugna.

    Ahora, pensar que no estamos ante una situación binaria... Ahí no concuerdo.

    Históricamente Argentina ha contado con un sector dominante que ha sabido valerse de la política y de los golpes de estado, según la coyuntura, para llevar adelante su programa.
    Y es precisamente ese sector el que hoy enfrenta al único actor que tiene el volúmen político necesario para hacerle frente, que es el kirchnerismo.

    Pensar en que en 2011 gane cualquiera de los que hoy son inflados por la Prensa Hegemónica y aún así no son capaces de crecer me da miedo, sinceramente.

    Saludos.

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  3. Gargarella publicó en el diario de la apropiadora un texto a favor del juicio político a Cristina x los DNU.

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  4. Lo notable de este tipo de comentarios, tambien "progresistas" es que las criticas no las enmarcan en la construccion de un frente nacional, sino en las chicanas pavotas de Pino Solanas (este gobierno es de re-derecha) o de Quico Macaluse (derechas hay en ambos bandos, el de el es el Grupo "A", aunque no lo asuma)
    Si tuviesen efectivamente en cuenta que la dialectica es la del frente nacional-frente antinacional y no de "progresismo-reaccion" (o alguna construccion similar) seguramente sabrian leer lo que nos enseña la España actual. Los "progresistas" (Zapatero) aflojan frente a la presion. Se llenan de "sentido comun". Frente a una presion que parecia hacerlo tambalear, el gobierno de Cristina entendio que su salida era profundizar el lado progresista, popular y nacional de su -no declarado-programa de gobierno. Gargarella, lamentablemente es parte de esta corriente de pensamiento que encarna Pino Solanas y cuya soberbia esconde la petulancia del pequeño burgues y su incomprension a los procesos populares latinoamericanos

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