KOSACOFF: INVAP Y BIOSIDUS INVITAN A SOÑAR
Puedecolaborar presenta definiciones del economista Bernardo Kosacoff, exdirector de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, especializado en temas industriales. En este resumen pone la lupa sobre los más y los menos de la economía nacional.
*La situación patrimonial de las empresas argentinas es una de las mejores en la historia del país.
*En la década del 90 la Argentina tuvo cambios estructurales que impactaron en el patrón de especialización y eso no se ha modificado hasta hoy.
*No se modificó el componente de productos importados en la producción de las firmas.
*Somos productores de bienes primarios. Eso se refleja muy bien en las exportaciones donde lo que pesa principalmente es el tema de los recursos naturales. Es cierto que en las décadas del ochenta y noventa hubo cambios que permitieron exportar aluminio y productos petroquímicos. Pero la base sigue siendo la misma: la explotación de recursos naturales. Y ahora, en la última década, explotó el boom de la industria automotriz. Sin embargo, tampoco allí se introdujo un cambio en la función de producción de las empresas. Está claro que hoy la Argentina tiene una dinámica automotriz que no había antes pero señala que cuantos más autos venda o más autos exporte, mayor será el déficit de autopartes. ¿Por qué? Porque el país no logró crear una dinámica de cambio estructural que cree más valor agregado en términos de tener más integración nacional en el sector. Eso significa tener 40 ó 50 autopartistas que duplican la capacidad de producción en el mercado. No se logró producir motores en el país, ni mecanismos más complejos y circuitos eléctricos. La dinámica de cambio estructural que se dio en la década del noventa fue aprovechada con la modificación del régimen macroeconómico que dejó un crecimiento espectacular. Pero no hubo un cambio estructural.
*Faltan 30 ó 40 empresas grandes que tengan un proceso de inversión sostenido en la producción de bienes transables.
*En nuestro país hay fenómenos de adquisiciones y no un proceso de creación de nuevas plantas. Esto ocurre desde hace 20 años. Hay unas 400.000 empresas, pero las que cortan el bacalao son las 500 más grandes. Si alguien me pregunta dentro de esas 500, cuáles son las que se han creado en los últimos 20 años, cuesta a uno identificarlas. Si en cambio uno encuentra casos de adquisiciones. En la década del 90 fue motorizado por las firmas trasnacionales y en la última por las empresas brasileñas.
* En la Argentina, INVAP, Biosidus y otros casos, invitan a soñar. En el mundo hay 180 países en desarrollo. En menos de 12 hay núcleos del grado de sofisticación como los de la Argentina o Brasil. Hay un desafío en la materia. Hay sectores que demuestran que se puede seguir en esa línea. Cuando uno ve casos como Chile, país que siempre se pone como ejemplo en los últimos 20 años, la realidad indica que es muy difícil encontrar ejemplos de sectores con gran potencial para lograr el valor agregado que la Argentina está en condiciones de generar. Chile es una economía mucho más elemental en el sentido de las capacidades competitivas, que las que tiene la Argentina.
*El gobierno tiene un discurso y un lenguaje profundamente industrialista y productivista.
*La demanda de alimentos será creciente, pero las tasas de ganancia son mayores en los productos elaborados a partir de las materias primas. Es decir no en el grano de café sino en esas cafeteras modernas que venden el café en un cartucho listo para preparar.
*Fue fantástico que la Argentina haya sorteado una crisis como la de 2009 sin destrucción del tejido tecnológico, productivo y de empleo.
*La Argentina necesita invertir U$S 10.000 millones en infraestructura en los próximos años, una quinta parte de la fuga de capitales de los últimos años. Si hay algo que sobre hoy en el país es dinero.
*Somos productores de bienes primarios. Eso se refleja muy bien en las exportaciones donde lo que pesa principalmente es el tema de los recursos naturales. Es cierto que en las décadas del ochenta y noventa hubo cambios que permitieron exportar aluminio y productos petroquímicos. Pero la base sigue siendo la misma: la explotación de recursos naturales. Y ahora, en la última década, explotó el boom de la industria automotriz. Sin embargo, tampoco allí se introdujo un cambio en la función de producción de las empresas. Está claro que hoy la Argentina tiene una dinámica automotriz que no había antes pero señala que cuantos más autos venda o más autos exporte, mayor será el déficit de autopartes. ¿Por qué? Porque el país no logró crear una dinámica de cambio estructural que cree más valor agregado en términos de tener más integración nacional en el sector. Eso significa tener 40 ó 50 autopartistas que duplican la capacidad de producción en el mercado. No se logró producir motores en el país, ni mecanismos más complejos y circuitos eléctricos. La dinámica de cambio estructural que se dio en la década del noventa fue aprovechada con la modificación del régimen macroeconómico que dejó un crecimiento espectacular. Pero no hubo un cambio estructural.
*Faltan 30 ó 40 empresas grandes que tengan un proceso de inversión sostenido en la producción de bienes transables.
*En nuestro país hay fenómenos de adquisiciones y no un proceso de creación de nuevas plantas. Esto ocurre desde hace 20 años. Hay unas 400.000 empresas, pero las que cortan el bacalao son las 500 más grandes. Si alguien me pregunta dentro de esas 500, cuáles son las que se han creado en los últimos 20 años, cuesta a uno identificarlas. Si en cambio uno encuentra casos de adquisiciones. En la década del 90 fue motorizado por las firmas trasnacionales y en la última por las empresas brasileñas.
* En la Argentina, INVAP, Biosidus y otros casos, invitan a soñar. En el mundo hay 180 países en desarrollo. En menos de 12 hay núcleos del grado de sofisticación como los de la Argentina o Brasil. Hay un desafío en la materia. Hay sectores que demuestran que se puede seguir en esa línea. Cuando uno ve casos como Chile, país que siempre se pone como ejemplo en los últimos 20 años, la realidad indica que es muy difícil encontrar ejemplos de sectores con gran potencial para lograr el valor agregado que la Argentina está en condiciones de generar. Chile es una economía mucho más elemental en el sentido de las capacidades competitivas, que las que tiene la Argentina.
*El gobierno tiene un discurso y un lenguaje profundamente industrialista y productivista.
*La demanda de alimentos será creciente, pero las tasas de ganancia son mayores en los productos elaborados a partir de las materias primas. Es decir no en el grano de café sino en esas cafeteras modernas que venden el café en un cartucho listo para preparar.
*Fue fantástico que la Argentina haya sorteado una crisis como la de 2009 sin destrucción del tejido tecnológico, productivo y de empleo.
*La Argentina necesita invertir U$S 10.000 millones en infraestructura en los próximos años, una quinta parte de la fuga de capitales de los últimos años. Si hay algo que sobre hoy en el país es dinero.
Declaraciones completas en http://hombreningunlugar.blogspot.com/2011/01/kosacof-el-econosmita-el-modelo.html
Beni ministro 2011...esa sería buena
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