La publicación de mis notas en “CGT” mereció algunas objeciones, en particular de ciertos intelectuales vinculados al peronismo. Existía según ellos el peligro de que la denuncia contra un sector sindical fuese instrumentada por la propaganda del régimen contra todo el movimiento obrero. Se mencionaban precedentes: cinco días después del episodio de Avellaneda, La Prensa había publicado un editorial titulado “Entre Ellos”, que exhalaba ese odio inconfundible, a veces cómico, que profesa contra la clase trabajadora en general. Toda una cadena de editoriales posteriores, entre los que pueden señalarse los del 17 de mayo de 1967 y 20 de marzo de 1968, reflejaron la inquietud del diario ante el estancamiento del proceso judicial y su aparente deseo de que, se llegara a esclarecer la verdad y sancionar a los culpables. Me encontraba pues en peligro de coincidir con La Prensa, cosa grave.
(Walsh, Rodolfo. ¿Quién mató a Rosendo? Nota preliminar. Buenos Aires: Ediciones de la Flor. 1984)
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