lunes, 2 de mayo de 2011

Kirchner: “Si no destruyo a Duhalde, Duhalde me destruye a mí”


DEBATE A RAÍZ DE “EL FLACO”, EL ÚLTIMO LIBRO DE FEINMANN. LA ÉTICA EN ESTADO PURO Y LA POLÍTICA EN CONCRETO. LA OPINIÓN DE FERNÁNDEZ DÍAZ
Debates
Por Franco Spinetta
Hace dos domingos, el excelente periodista Jorge Fernández Díaz le dedicó un artículo en la página dos del diario La Nación al último libro de José Pablo Feinmann, El Flaco. La crítica serpentea entre el elogio, la envidia y la intención de mostrar que -en realidad- el filósofo fue víctima de su inconsciente: “Feinmann escribe El Flaco para exaltar a Kirchner sin entender que en verdad lo está criticando. El inconsciente de los grandes escritores suele actuar de manera ingobernable: labra bajo la superficie un segundo libro inesperado y más verdadero”.
 Luego describe dos anécdotas que seguramente irritaron al lector medio del diario más conservador de la Argentina. En una, Kirchner está junto a Alberto Fernández organizando el armado territorial hasta que llegan a un distrito donde no tienen a ningún dirigente. Dice Fernández Díaz: “Néstor ya ha pronunciado su credo: la política es no hacerle asco a nada. Pone un dedo en una localidad y pregunta qué candidato tienen. El jefe de Gabinete le dice "nadie". Luego le menciona cuatro o cinco nombres de otros partidos. Ninguno es decente. Se preguntan entonces quién es el más barato. Resulta ser un dirigente de Luis Patti, a quien apoyarán. "Esto es política -señala al final el ex Presidente -. ¿Cómo se lo explico a los progres?".
 En la otra, se despacha: “Todo empieza cuando el jefe del Estado lo llama por teléfono para anunciarle que al día siguiente hablará ante las Naciones Unidas: "Y voy a estar muy duro". Parece que se viene un anuncio que hará temblar a los imperios, pero resulta que sólo se trata de decir que "somos hijos de las madres y abuelas de la Plaza de Mayo". Aunque a los imperios no les mueve un pelo, a Feinmann lo impresiona vivamente: "Me quedé frío. Como si, en efecto, me hubiera muerto ese día". Después se encuentra con otros pensadores: todos parecen extasiados con la "osadía" de Kirchner. Le adjudican una importancia política gigantesca a su anuncio y revelan así, sin querer, la tremenda orfandad que tenían los intelectuales de izquierda hasta la llegada del kirchnerismo”.
 Al finalizar el texto, Fernández Díaz dice que Feinamann “logra que los kirchneristas lo lean como una obra de reafirmación doctrinaria y los antikirchneristas, como un manual de lo que no se debe. Logra, en definitiva, una obra imperdible de estos tiempos”.
 Acabo de terminar de leer “El Flaco”. No sé si el periodista del diario La Nación leyó todo el libro o si leyó sólo los adelantos o algún amigo del diario le contó lo que “dicen que dice Feinmann en ese libro”. Con magistral gambeta, Díaz hizo una crítica para quedar bien con Dios y el Diablo, con Escribano y con Kirchner (o viceversa). Cualquiera que lea el excelente e imperdible texto de José Pablo Feinmann verá que allí no hay inconsciente, más bien hay dolor y alegría a flor de piel y sobre todo una crítica feroz al aparato peronista (y también a los Montoneros y la izquierda, pero esa es otra cuestión). La tensión del libro, justamente, reside en los intentos de Feinmann por convencer a Kirchner de que no coopte el aparato, que se dice duhaldista. “Si copás el aparato, el aparato sos vos, dejás de ser Kirchner y pasás a ser Duhalde”, le dice. “Si no destruyo a Duhalde, Duhalde me destruye a mí”, contesta Néstor.

2 comentarios:

  1. El libro me pareció como mínimo flojo. Feinmann viene derrapando hace un rato poniendo siempre su ego en la punta del Everest.

    El Libro se debería llamar "YO y el flaco", porque aparentemente salvo en el final del libro, el flaco lo llamaba constantemente para que le dijera lo que tenía que hacer y lo pinta un tanto, no timorato, pero si falto de doctrina peronista, un pragmático que sabe poco de la historia o como modificar el futuro, no así Cristina de la cual evidentemente JP esta enamoradisimo, o sea el flaco llego medio de culo porque no era muy culto si pragmatico al mango y Feinmann era el gurú que nos saco a la Argentina del Ostracismo.

    Además, me cae muy mal que en varios pasajes del libro, pág.54, 67, 77 y mucha más, se dedique a venderme su próximo libro, no tiene ningún prurito en decir cantidad de páginas, todo lo que podemos encontrar, porque editorial sale y hasta cuando sale, patético.

    Y de postre, como sabe que al final, en la carta que le manda Néstor y es el único material escrito del flaco a JP, lo deja bastante mal parado con una crítica aguda que le hace Néstor marcándole quienes son los que hacen historia y porqué, mostrando el carácter y personalidad que ha tenido el Flaco publicamente, JP no puede tolerar perder contra esa carta que es clara concisa y marca el final de "su amistad" y dos capítulos antes empieza a lavarse las culpas explicando que los pensadores no pueden estar en el poder, dos capítulos tuvo que usar JP, para marcar su cola de paja y sabiendo que Néstor ya no le puede retrucar eso.

    Bastante miserable se me esta volviendo mi filósofo favorito.

    ResponderEliminar
  2. De mis lecturas sobre JP,entrevistas y sus disgresiones veo a un hombre muy culto tratando ,luchando hasta el cansancio en la quijotesca empresa de poder hacer describir, analizar y reflexionar a los argentinos sobre nuestra pais tramado de contradicciones.JP es alguien que ha pensado mucho lo que somos , lo vivio y aprendio y hoy esta en la etapa pedagoga.El profe tiene los alumnos mas flojos de la historia.Conmigo no vas a renegar JP creo que llego al 6, pero todavia te queda el curso completo.Suerte compañeros.Paciencia JP.

    ResponderEliminar