domingo, 22 de mayo de 2011

NUNCA MÁS DESAPARICIONES POR IDEALES POLÍTICOS


Los jóvenes escucharon a las Madres en la misa de la Santa Cruz
Por Silvia Valerga
    Para recordar  a los militantes y religiosos desaparecidos la noche del 14 de mayo de 1976 en el Bajo Flores, se celebró una misa en la Iglesia Santa Cruz con la presencia de algunas Madres  de Línea Fundadora acompañadas por dos generaciones que participan activamente por mantener la memoria.
   El párroco Carlos Saracini  condujo la celebración religiosa respetando los cánones del rito católico pero con  algunas disposiciones que ayudaron a la integración y el diálogo entre los feligreses. El cura invitó a las madres y a los jóvenes menores de 30 años a ubicarse en los bancos dispuestos en forma circular en los cuatro puntos extremos del templo. Luego llamó a los mayores para que se acerquen a los grupos a escuchar y ser testigos de ese  diálogo.
   Los jóvenes preguntaron cómo  desaparecieron sus hijos y como es que tuvieron tanta fuerza para luchar. Las madres relataron con entereza aquellos momentos cuando se los llevaron y dieron testimonio  del impulso que les dio la fuerza necesaria para  salir a buscarlos. “A ustedes les pedimos que sean los continuadores de esta lucha para mantener viva la memoria y que NUNCA MAS  vuelvan a desaparecer  la personas por sus ideales políticos”, dijo una madre.
   Previamente, el padre Bernardo Hughes, quien fuera el párroco de la Santa Cruz  cuando la dictadura militar se llevó a las monjas francesas, a las madres y familiares de desaparecidos, leyó el Evangelio la Lectura de Juan (20,19-22) que relata cuando los discípulos se encontraban a escondidas por temor a los judíos, que por esos tiempos representaban el poder represivo,  y Jesús llegó para transmitirles paz.
   Mónica Mignone, César Lugones, María Marta Vázquez Ocampo de Lugones, Horacio Pérez Weiss, Beatriz Carbonell de Pérez Weiss, María Ester Lorusso y Mónica Quinteiro,  ejercían su militancia social, religiosa y política en el sector Belén de la villa del Bajo Flores y en la Parroquia Santa María del Pueblo, cuando los grupos de tarea los fueron a buscar a sus casas y nunca más regresaron. Los desaparecieron.
   Emilio Mignone, padre de Mónica, fue toda su vida un católico laico dedicado a la vida de la Iglesia, por eso a partir de su iniciativa comenzaron a celebrarse las misas en memoria de los desaparecidos.

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