EN EL CITIBANK
El 60% de las ciudades del interior argentino carecen de servicios bancarios / Cuando el Credicoop puso un cajero automático en una localidad cordobesa hubo una fiesta popular / Los servicios bancarios deben ser servicios públicos
Cristina Fernández y Carlos Heller |
Por Alberto Ferrari
“Hay que decir que por la resistencia de los empleados es que hoy estamos en este salón del Banco Nación”, apuntó el diputado nacional y presidente del Credicoop, Carlos Heller, durante el cierre del seminario “Regulaciones financieras en América Latina”, organizado en el salón auditorio del primer piso del centenario edificio.
“Si, en vez del Nación sería el Citibank”, admitió su actual presidente Juan Carlos Fábrega, quien en sus más de 40 años de servicio en la entidad recorrió el escalafón interno desde la categoría de cadete.
Fábrega explicó que durante la década del 90 “los lobbistas de los bancos extranjeros y algunos nacionales” elaboraron la estrategia destructiva de hundir el Banco Nación desde adentro.
Los lobbistas dijeron “vamos a ver como hacemos para que el Banco Nación funcione mal, para luego explicarle a la gente que no puede ser un banco público”, recordó Fábrega.
Una de las formas de hundirlo fue “la imposición de que había que comprarle la cartera de morosos a los extranjeros”, agregó el actual presidente.
Es así que en 2002 la cartera de morosos del Banco Nación era del 52% y hoy está por debajo del 2%. En 2003, los créditos a las pymes representaban el 8% del total, mientras que el 48% era para “grandes empresas”. El año pasado los créditos pymes alcanzaron al 62 por ciento, comparó Fábrega, quien expresó su total apoyo al proyecto de Ley de Reforma de Servicios Financieros de Carlos Heller.
El diputado de Nuevo Encuentro defendió su proyecto ante la necesidad de “destruir la estructura jurídica de la dictadura” que anida en la legislación vigente desde 1977, cuando fue sancionada por el dictador Videla y su ministro de Economía, José Martínez de Hoz.
Aquella ley de Martínez de Hoz sufrió modificaciones a través de 19 leyes y 19 decretos, “pero ninguno cambió su ideología”, es decir la matriz de la dictadura, agregó Heller.
El diputado de centro izquierda mencionó que el grupo empresario AEA cuando expuso durante las audiencias públicas de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados sobre el proyecto de reforma, “se expresó totalmente en contra” e incluso sus directivos justificaron que “si un banco gana plata con elevadas tasas de intereses está bien, porque así es el mercado”.
Heller ironizó que muchos se oponen a su proyecto porque propone que los servicios bancarios sean considerados servicios públicos y que, sin embargo, fue Martínez de Hoz, en los fundamentos de la ley de 1977, quien argumentó: “recordemos que estamos frente a un servicio público”.
El diputado Heller explicó que el 60% de las ciudades del interior argentino carecen de servicios bancarios, que se concentran en el 30% de las mayores concentraciones urbanas.
Por eso en Quilino, una localidad del norte de Córdoba, hubo una fiesta popular cuando el Credicoop instaló un cajero automático, relató Heller.
El diputado admitió posteriormente a Puedecolaborar, que la Comisión de Hacienda que preside Alfonso Pray Gay, todavía no ha fijado una fecha para emitir un dictamen sobre su proyecto - exigencia previa a su tratamiento en el recinto- pese a las audiencias públicas que se sucedieron entre agosto y fines de noviembre del año pasado con la participación de todos los sectores involucrados, desde los usuarios a la cámara de los bancos extranjeros.
El economista Héctor Valle, durante el debate completó que la ideología neoliberal que considera que los bancos centrales “son como el Vaticano dentro de un país no es sustentable pues conduce a un camino sin salida”.
“La dictadura de los bancos centrales convierte a las crisis en más profundas”, completó Valle, citando la experiencia europea.
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