VILLA 31, UNA TOMA SILENCIADA Y EL NEGOCIO DE LA ESPECULACIÓN
Pocos días después de la toma del parque Indoamericano, un predio ubicado sobre los terrenos del ferrocarril San Martín, fue ocupado por vecinos de la villa 31 y de otras villas de la ciudad. Al principio, en el calor de los acontecimientos, el tema fue reflejado por los medios de comunicación. Luego, con el tiempo la cobertura fue desapareciendo y sólo recobró relevancia cuando una persona resultó muerta el 30 de diciembre tras un enfrentamiento entre dos bandas que se disputan el control de los alquileres en la 31. De hecho, dos referentes del barrio que pidieron mantener su identidad en reserva, aseguraron que hubo al menos 2 muertes más producto de “ajustes de cuentas”. “Esto no sale a la luz por un tema de códigos internos del barrio”, advirtieron.
Según fuentes de la Comisión de Vivienda, el fenómeno de alquiler en las villas es relativamente nuevo. Hay pequeños empresarios en las villas que tienen su negocio inmobiliario completamente informal. “Son personajes conocidos en el barrio, que usan la fuerza y el apriete como forma de extorsión”, declararon.
El fenómeno se explica, en realidad, más que por la inmigración, por la presión que ejerce la clase media sobre el mercado inmobiliario formal. Muchas personas –incluso profesionales-, con el aumento de los alquileres, se fueron mudando a zonas "marginales" y a hoteles-pensiones que antes habitaban los inmigrantes que conseguían trabajo. De esta manera, el precio de esos alquileres subió exponencialmente, con lo que miles personas recayeron en las villas, que absorbieron el mercado. Por otra parte, el boom de la construcción puja constantemente los precios hacia arriba, con lo que comprar una vivienda resulta algo cada vez más parecido a un sueño.
A su vez, en las villas crecieron la especulación y los precios. La ley de urbanización sancionada en la Legislatura prevé darle una propiedad también al universo de inquilinos. Por ende, los pequeños empresarios que alquilan habitaciones en condiciones muy precarias están en contra de la urbanización y se enfrentan a los delegados que sí la impulsan. Los equipos de la Comisión de Vivienda aseguraron que ese fue uno de los disparadores de la toma, puesto que “muchos personajes que se apoderaron de los terrenos son los mismos que alquilan dentro de la villa y no quieren ceder su negocio".
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