La esposa de Macri fue denunciada

EN EL 2011 SIGUE VIGENTE EL TRABAJO ESCLAVO FEMENINO

 La nueva saga de mujeres que gobiernan en América 

Por Silvia Valerga

 

   Con el recuerdo por aquellas obreras  que  en 1857 enfrentaron una huelga para reclamar por mejores condiciones de trabajo y la reducción de la jornada laboral en la fábrica “Textilera Cotton”, de Nueva York, que fueron masacradas  por la policía con un saldo de 120  mujeres muertas,  se celebra el 8 de Marzo Día Internacional de la Mujer.

   La Constitución  que regía la vida de los estadounidenses en 1857 protegía la esclavitud en todos los territorios, pero aunque las cartas magnas fueron reformadas en  casi todo el mundo y  a pesar de que las leyes laborales ayudaron a mejorar las condiciones de trabajo, a 154 años transcurridos nos duele reconocer que las marcas más famosas  del mundo de la moda utilizan hoy, más que nunca, el trabajo esclavo en los talleres clandestinos diseminados en  las grandes ciudades.

   Las casas de ropa operan con el sistema de tercerización de los trabajos y los talleristas son los dueños de las cuevas clandestinas donde trabajan a destajo, sin  cobertura social ni aportes jubilatorios, un número de operarios difícil de calcular pero no imposible de descubrir y condenar.

    En 2006 ya se  presentaron denuncias contra talleres que trabajan para la marca AWADA,  propiedad de la esposa del Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, pero nada le impidió celebrar una boda principesca y conservar su empresa, que a pesar de la causa judicial y la difusión periodística, no cerró ni un día sus locales de venta. Lo mismo ocurrió con Cheeky, MAB, Gucci, Terra, Looks y tantas otras que fueron denunciadas, pero que terminan no siendo responsables por este recurso legal de la tercerización laboral.

   Las mujeres fortalecieron su rol en la sociedad a partir de la toma de responsabilidad como sostén de familia, cuando los hombres perdieron la fuente laboral en la década de los noventa  en toda América Latina. Así se fortalecieron los roles y las mujeres, históricamente relegadas a trabajos menores, llegaron a ocupar cargos en las empresas y en la vida política.

   Con mujeres presidentas en la Argentina y Brasil, como la hubo en Chile y con cargos de  alta responsabilidad en Uruguay y Estados Unidos, todas identificadas con los perfiles social y progresista, las condiciones están creadas para que como de un útero materno nazcan sociedades protegidas contra el salvajismo opresor y esclavizante en los pueblos americanos.