RELATORES QUE DICEN: “Paraguayito”, “morochito”, “los bolitas” y “¿Qué te pasa monito?”
Nunca es tarde para aprender
Por Pablo Llonto
La escena transcurre en la película Malcolm X. La dirigió Spike Lee y trata sobre la vida del activista y defensor de los derechos de los afroestadounidenses en los sesenta. Allí se observa a un preso negro en la cárcel de Massachusetts mientras le da una lección a Malcolm, con un diccionario abierto. El hombre, a fin de explicar cuán gigantesca ha sido la opresión del hombre negro, le señala a Malcolm los significados de la palabra negro: triste, lúgubre, deshonesto, tétrico y una docena más. Luego lo lleva a la página en la que se encuentra la palabra blanco. Señala con el dedo los significados: honesto, puro, inocente, limpio.
La escena me vino a la mente cuando leíamos el título de la página 54 de Clarín (Deportes) el viernes 4 de marzo. “Católica le hizo sufrir una noche negra a Vélez...”. Más allá de las objeciones al dúo “noche negra”, la escena sirvió para comprobar cuánto tiempo ha pasado, y cuánta ignorancia poseemos para continuar en el uso de una palabra que consagró, durante siglos, el discriminador hombre blanco.
La prensa argentina es muy afecta a la utilización del término negro como calificativo de algo malo. “Día negro”, “tarde negra”, “circunstancias negras”. También se lo usa en “historias negras”, “crónica negra”, “el lado negro”. Al redactor, al estudiante de periodismo, al titulero, al editor, jamás se le ha pasado por la cabeza el cuestionamiento.
Como tampoco se le pasó, durante años, a quienes desde el periodismo usaban los términos “hombre de color” para referirse a un boxeador negro, a un atleta negro. Hace poco tiempo, en una crónica de la sección Espectáculos de La Nación, se podía leer la siguiente descripción de la trama de una película de acción: ..."el hijo de un militar dispuesto a seguir esos pasos, un joven de familia rica que jamás se expuso a situaciones límite, un boxeador de color cansado de sufrir humillaciones raciales y un fervoroso creyente".
En pleno siglo XXI este debate puede parecer intrascendente. Para otros.
Nuestra ilusión por un periodismo que abandone posiciones de privilegio, lenguaje de privilegiados y costumbres antidemocráticas y racistas, permite la reacción frente a cuestiones como éstas. Ya sabemos que hay unos cuantos relatores que se envalentonan cada vez que relatan partidos de argentinos contra rivales de otros países utilizando en forma despreciativa o diminutiva la nacionalidad ajena. “Paraguayito”, “morochito”, “los bolitas” y “¿Qué te pasa monito?”
Pero de ellos nos ocuparemos en sucesivas entregas. Empezando por el relator de Fútbol para Todos. El peor de los ejemplos.
Excelente análisis de LLonto. El cuestionamiento de conceptos discriminadores y estigmatizaciones es fundamental. En las narraciones deportivas abundan y se han naturalizado históricamente en el discurso hegemónico. Creo que es imprecindible seguir fomentando la batalla cultural, desnaturalizando el uso de nociones y adjetivos despectivos y profundamente agraviantes. Felicitaciones.
ResponderEliminarTe dejo la dirección de mi blog, en similar tendencia, por si querés pegarte una vuelta. Un abrazo.
www.lagalaxiadelospanes.blogspot.com
Muuuuuy bueno!!! Un par de ideas para esas prox entrgas q mencionás:"peronacho" "cabecita" "peruca"...Cuando de discriminar se trata los argentinos somos troesmas!!!
ResponderEliminarOK, sabés que te aprecio sinceramente. Pero la noche seguirá siendo negra por mas que deseemos verla blanca y luminosa. Me parece que no es ese el origen de la discriminación.
ResponderEliminarEstá mal decir "hombre sin prepucio" para referirse a un judío, no? Queda mejor "hombre con quipá" (siempre para el ortodoxo)?
ResponderEliminarYo creo que los negros necesitan un publicista judío, ya.