jueves, 16 de diciembre de 2010

“Paraguas” y “bolitas”: el legado del “relator del pueblo”

Por Pablo Llonto


MARCELO ARAUJO DENIGRABA A LOS BOLIVIANOS EN SUS RELATOS/LOS CANTITOS DE LA CANCHA SE HICIERON REALIDAD/LOS PREJUICIOS TERMINAN EN BARBARIE

Sigan jodiendo: entre fiestas y tragedias.

Mientras Estudiantes de La Plata disfruta los goles de Hernán López (uruguayo) que permitieron la consagración, Vélez se enorgullece de tener medalla de subcampeonato y al goleador del torneo, Santiago Silva (uruguayo), los socios de San Lorenzo eligen presidente a Carlos Abdo (nacido en Paraguay) y los fanáticos del turf se admiran del ganador del Pellegrini, el jockey brasilero Antonio Correia Da Silva, el país observa cómo retumban los latidos de miles de bestias xenófobas que se quejan e insultan y persiguen a los inmigrantes.

No era para tomarse en broma el desgraciado placer de buena parte de nuestra clase media que se atormenta con su imbécil creencia de adjudicar las culpas a bolivianos, paraguayos y peruanos. Muchos de estos aristócratas de mente y cuchillo, refugiados en las populares y plateas de nuestro fútbol, insultaron ayer e insultan hoy a negros brasileros, cobrizos latinoamericanos y morochos de nuestro Norte.

Ya se vio, semanas atrás, en las nada graciosas ocurrencias de miles de hinchas rojas que arrojaban paraguitas y bolitas de fraile en Independiente-Boca.

Como bien reflexionaba el único acierto que los pensantes publicitarios de TyC tuvieron en la vida (un aviso que rezaba “no cantes que los vamos a matar, porque ellos van y los matan”) la acumulación de hostilidades y prejuicios siempre termina en barbarie y en tragedia.

El potencial destructor de centenares de hinchas de fútbol (no es otro que el potencial destructor de miles de argentinos) ha sido uno de los tubos de ensayo para que germine el racismo. La retórica del nacionalismo, del aguante y de la intolerancia al rival dio una cosecha muy eficiente: ejércitos de barrabravas de clubes dispersos en la política, el sindicalismo, los barrios, los trabajos...

Las armas fascistas que portaban los barras de Huracán (en Soldati) y Defensa y Justicia (crimen de Mariano Ferreyra) forman parte de un desenlace que se alimentó desde la dirigencia futbolera y desde los medios de comunicación.

La subestimación del fenómeno de las barras bravas culminó en una decadencia tal que cualquier prédica de humanización hoy parece inútil.

Los recortes, los videos, los ensayos, los youtubes se acumulan. Poco a poco vamos conociendo persona por persona a los barras del país y también los calibres que usa cada uno y, luego de unos días, todo pasa a segundo plano porque pronto, muy pronto, la fiesta del fútbol y sus campeones ayudará a tapar todo.

Por eso no queríamos sumarnos a la merecida algarabía platense sin dejar estas reflexiones acerca de de estos miles de matones que balean militantes y pobres, inmigrantes y villeros.

Vienen de un fútbol enfermo, manejado por dirigentes surgidos de huevos de serpiente, en una sociedad enferma que aún les pone el voto a paranoicos señores de espíritu 1976.

Sigan jodiendo, estimados periodistas...y verán cómo termina todo esto.

3 comentarios:

  1. Nuestro primer presidente como país independiente fue Cornelio Saavedra, boliviano, nacido en Otuyo, jurisdicción de Potosí. Muchos de nuestros revolucionarios de aquella época, como Moreno, se graduaron en Chuquisaca. Juana Azurduy era boliviana, de Sucre. Muchos oficiales y soldados de los ejércitos libertadores eran bolivianos. Le debemos gratitud a Bolivia. Pero los hacinamos en villas y dejamos que los exploten como a animales. Y después los perseguimos por su culpa de ser pobres.

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  2. Marcelo Araujo no denigró solo a bolivianos, directamente dejaba ver un alma contaminada por la discriminación, de todo tipo. Tití Fernández no era el movilero, el bigotudo... sinó el Gordo... Gordo... Gordo... Gordo... Gordo... Y ni hablar si enfocaban a algún hincha en la tribuna.. que no fuera a ser gordo, narigón o tener algún defecto físico.
    Estoy contento y agradecido de fútbol para todos. Pero con el tiempo se debería mejorar algunas cosas, como por ejemplo que algunas personas ya entradas en edad y en condiciones de jubilarse dejen el camino a otros.
    Lo mismo pasa con los dirigentes, hay que hacer una renovación, pero no de caras, sino de "formas". Porque Comparada (por citar un ejemplo) es un dirigente que se autoporclama de la "nueva dirigencia"... esa que es moderna, actualizada, etc, etc... pero a la hora de los bifes tiene los mismos vicios que el dirigente mas viejo... tienen el club endedudado, firma contratos impagables con jugadores, total, lo arreglamos con una transferencia.

    Usted lo ha dicho, el problema es la sociedad.

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  3. Marcelo Araujo es impresentable. Es lo único negativo que le veo a Futbol para Todos. Pensar que él, renegando de su origen, cambió su verdadero nombre, Lázaro Silberman, porque según contó alguna vez, había mucho antisemitismo y mucha discriminación cuando empezó su carrera periodítica. Y lo que él tanto temía terminó aplicándoselo a los demás. Parece una pequeña parábola del Estado de Israel. Víctimas de una de las peores masacres de la historia, cometidas durante el nazismo, ahora son victimarios del pueblo palestino.

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