COMUNIDAD TOBA: NO SIRVE MIRAR PARA OTRO LADO
Por Ingrid Oxenghendler
Los condenados de la tierra
Se los acusa de extranjeros invasores, pero son descendientes directos de los primeros pobladores de América. Se los desaloja con violencia como si fueran usurpadores, pero tienen mayor legitimidad sobre esas tierras que los que se autodenominan amos y señores de sus tierras. Los que se pretenden fundadores de esta patria, los patricios, creen que sus antepasados llegaron en barcos provenientes de una Europa en ruinas a “hacer la América”, aunque desconocen que el 60% porta sangre indígena. Cabal muestra de las paradojas que atraviesan nuestra historia.
Aprendimos a llamarlos de distintas formas: indios, indígenas, aborígenes, pueblos originarios; pero siempre esos nombres guardaban la connotación sarmientina de barbarie, de incultura y salvajismo. En cambio, los otros, los triunfadores, eran vistos como los civilizados, los que vinieron a educarlos y occidentalizarlos. Sin embargo, la cultura de los primeros pobladores, logró sobrevivir y forja identidades mucho más ricas que las de muchos que la denigran.
Sólo se da cuenta de ellos cuando hay hechos de violencia que los ponen en el centro de la escena: cuando la Tupac Amaru da muestras de “civilidad” ante un supuesto huevazo recibido por un senador con alto grado de coloniaje mental o cuando son reprimidos con violencia bárbara por defender sus pocas hectáreas. Interesan cuando hay insultos, sangre y tiros. Sino se los ve como sumisos, exóticos, como luchadores de una causa perdida y anacrónica. En fin, no dan rating ni interesan al ciudadano medio.
No llama la atención que así como los Blumberg, los García Belsunce, los Ferreyra, se instalaron en las páginas de la historia más reciente, hoy el nombre de Roberto López no redunde en el “caso Formosa”. Él fue víctima de la represión policial ocurrida el 26 de noviembre en la ruta 86, en donde la comunidad de los Toba Qom conocida como Primavera persiste hace varios meses defendiendo sus incuestionables derechos a la tierra y al respeto. Él no es visto como un argentino, es ajeno al ser nacional, como parte de una cultura en vías de extinción. Es toba, pobre y vive lejos de la Capital. Reúne todas las condiciones para ser invisibilizado en poco tiempo en medio del revuelo por los Clarinleaks.
En ese contexto mediático sensacionalista y deshumanizante, se ignora que, en realidad, la comunidad a la que pertenecía López se llama Potay sapukna (pata de oso) desde mucho antes que llegaran los “blancos” a la zona. No conformes con exterminarlos y hacerse de sus propiedades, los gringos también ejercieron su dominio en el lenguaje y la bautizaron como una “colonia”. Hoy, los hechos recientes muestran que el asesino de indios, Julio Roca, cuya imagen ilustra los billetes de mayor valor en Argentina, cuenta con obedientes herederos.
La Primavera no será para los hermanos originarios formoseños, humillados y excluidos. No se acostumbrarán a esa situación injusta y dolorosa. Como dijo el líder qom Félix Díaz: “Para nosotros, será una Primavera sin flores”. Pero su ejemplo de resistencia y las reivindicaciones simbólicas y materiales de este cambio de época en Argentina invitan a pensar que, como dijo el gran poeta Pablo Neruda: “Podrán cortar todas las flores, pero jamás la Primavera”.
Nadie es, si se prohíbe que otros sean.
Doy por sentado que la autora, por su nombre y apellido, no es "originaria" aunque culturalmente toma esa posición. No comparto la idea, repetida hasta el hartazgo, de Roca como asesino de indios, genocida, etc., porque es paralelo a un sospechoso silencio sobre el verdadero artífice de esa exclusión, que fue Bartolomé Mitre. Fue Mitre el que diseñó el país atado a la corona británica. Roca hizo lo que hubiera hecho cualquier "progresista" de la época. Apostar al Progreso, al triunfo del modo de producción agraria al que ya nos había atado Mitre y extender la jurisdicción de un Estado Nacional que tuviera autoridad sobre todo el territorio. Y por lo tanto hay que verlo en su perspectiva histórica y no con ojos actuales.
ResponderEliminar