“Buenos Aires, Santiago y Montevideo son las ciudades más seguras de América Latina”
Puedecolaborar presenta algunas reflexiones de la ensayista que son útiles para pensar en el fragor de la campaña electoral en la Ciudad de Buenos Aires.
– Los ciudadanos piden las medidas de seguridad, pero no son capaces de discutir las consecuencias. Exigen la vigilancia sobre lo urbano y luego se escandalizan cuando una huerta orgánica es destruida por las topadoras de Macri. Eso entra en la lógica del equilibrio entre vigilancia-seguridad y la implantación de un uso restringido del espacio público. Es necesario repensar ese equilibrio constantemente. No se trata de que no haya ningún espacio público sin rejas. El tema no es la reja en sí, sino la vigilancia autoritaria que se ejerce sobre la ciudad.
– Es verdaderamente insultante que a los habitantes de Buenos Aires se los trate de vecinos, como si no fueran ciudadanos, como si no tuvieran derechos. Aunque todos le hablan al “vecino”. No es una exclusividad de este gobierno.
– – El miedo coarta de manera subjetiva a los habitantes de la ciudad. No simplemente por el sistema de vigilancia. Les impide moverse por la ciudad por razones que son objetivas, por una parte, porque ha aumentado la inseguridad en todas partes de mundo, pero también subjetivas, por otra, porque se trata de cómo es vivido ese aumento. En esta cuestión, los grandes responsables son los medios de comunicación.
– Los medios no son capaces de definir el tema de la inseguridad en términos comparativos. La prensa fogonea el miedo y oculta que Buenos Aires es, junto con Santiago de Chile y Montevideo, la ciudad más segura de América Latina. Otra cuestión son las villas como la 1.11.14. Pero yo no conozco ningún habitante de Belgrano que pasee por ahí. Los lugares más inseguros son donde viven los más pobres. El discurso del miedo está construido de manera hiperbólica en la prensa. Claro que la dimensión comparativa no consuela ni concierne a las víctimas, pero sí puede concernir a la colocación del resto de la sociedad en el espacio público.
– Es que se quiere construir una imagen de una ciudad que es imposible. La gente mayor de 40 años, que es la voz cantante en la problemática de la inseguridad, tiende a decir que “todo pasado fue mejor”. Entonces, la ciudad de su infancia era más linda, más segura. Pero no se puede construir política sobre la idea de nostalgia. Tiene que ser considerada como un dato subjetivo, no como una objetividad para la política.
¡Gracias por la mención che!
ResponderEliminarAbrazo grande