Por Franco Spinetta
La violencia en el fútbol no es un tema nuevo. Que algunos medios se sorprendan por la presencia de barras en Sudáfrica es de una hipocresía infinita. Parece que al encontrar una pequeña (o gran) conexión con algunos sectores del gobierno, los habilita para denunciar "la impunidad" que gozan ciertos personajes nefastos.
Según decían en estos medios que farandulizaron el fútbol, se habla de los barras porque no se habla de fútbol (hasta el momento en que la Selección no abría las puertas del entrenamiento ni otorgaba conferencias). Pero cuando empezaron a atender a los periodistas, las preguntas eran dignas de humillación para el gremio periodístico.
Sólo Mariano Almada (TyC Sports), durante la primera conferencia de prensa que dio Maradona junto a Javier Mascherano, se animó a preguntar por la presencia de los barras en el avión de la selección. Obviamente, como es de costumbre, tanto Maradona como Mascherano negaron relación alguna con los barrabravas.
¿Qué esperaban que dijeran? Ellos no son el eslabón principal. El negocio de la violencia beneficia a muchos. Es una cadena de responsabilidades, desde el público que en las canchas reciben con aplausos el ingreso de los violentos, hasta los dirigentes, periodistas y punteros políticos que los utilizan como resorte mafioso de protección.
Años callando, años en los que este poder se enquistó. Hoy viajan a un mundial con total impunidad, en el mismo avión que la Selección. ¡Y los medios se sorprenden!
La AFA podrá esgrimir muchas explicaciones, seguramente algunas razonables. Pero lo cierto es que esta historia no termina sin una firme decisión que, al parecer, no va a existir. Porque el negocio es en conjunto y porque si caen los de abajo (los barras) arrastran a los de arriba (dirigentes). Están todos manchados.
Hasta dicen que Don Julio ya tiene su domicilio en el campo. Más de ochenta años y una prisión domiciliaria con vista agreste, por si algún día saltan los tapones.
La relación no es barras-grondona, ni barras-gobierno, sino que es barras-sindicatos-política. Desde toda la vida estos tipos son mercenarios usados como fuerza de choque en las eternas internas sindicales y también por la mayoría de los partidos políticos. Si hasta en la reunión del Partido Socialista hubo incidentes donde participaron Barras! Y por no hablar de los tiroteos entre barras en la quinta de San Vicente el día de San Perón. Todo el mundo sabe quienes son, pero todo el mundo necesita alguien que haga su trabajo sucio, entonces todos terminan siendo complices de estos criminales.
ResponderEliminarSon muchas cosas al mismo tiempo.
ResponderEliminarGrondona es un mercader del fútbol que impuso una rígida disciplina entre sus pares en base a prebendas y una gran capacidad para hacer negociados con el poder económico y político.
Pero esto de las barras es una movida de TyC (grupo Clarín). No es casualidad que un periodista del monopolio lo haya apurado en la conferencia de prensa...
Clarín perdió el negocio de la televisación de los partidos. Grondona (una vez más) hizo la del camaleón...
Después está lo otro. Los barras son eso que se ve...