miércoles, 23 de junio de 2010

“Sufrí vergüenza por la homosexualidad de mi hermano”

Por Roberto Ben

Apoyo la legalización del matrimonio gay

El 14 de julio se votará en el senado el proyecto de ley de matrimonio para todos y todas y, particularmente, se decidirá si gays y lesbianas gozan de los mismos derechos que heterosexuales. Quiero invitarlas e invitarlos a la marcha en apoyo a la ley que se realizará el mismo día, a las 18hs en el congreso.

Esta ley no será promulgada sino hacemos suficiente presión toda la sociedad. En particular quiero invitar a los/as heteros a sumarse a esta lucha, porque sin nuestro apoyo será mucho más difícil conseguir la igualdad de derecho ante la ley. Porque todavía hoy la homosexualidad es algo que mucha gente elige ocultar por miedo a la pérdida de su trabajo, a la mirada prejuiciosa de sus pares, a los chistes estúpidos de tanto enfermo de homofobia (con derecho a casarse y adoptar hijos, por cierto), en pocas palabras, por miedo a ser discriminada.

Ellos y ellas, que hoy son inferiores ante la ley, en muchos casos son nuestros hermanos, cuñadas, tíos, amigas, compañeros de trabajo, de estudio, etc. Hoy a los heteros nos toca tenderles una mano para que ante la ley gocen de nuestros derechos así como son iguales ante las obligaciones, para que el día de mañana no haya más closets con personas adentro.

Los argumentos del conservadurismo de hoy en oposición a esta ley son, además de anacrónicos, fascistas. Principalmente les repugna la idea de que parejas homosexuales puedan adoptar niños. Dice una editorial del diario La Nación del 19 de junio (http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1276544), apoyándose sesgadamente en estudios de una de las universidades más conservadoras de EEUU, que "los menores que viven y son criados por parejas homosexuales han padecido fuertes emociones, como miedo, inseguridad, ansiedad, aprehensión, vergüenza y enojo al tratar de esconder o negar la homosexualidad de los padres, molestarse por recibir sobrenombres dolorosos y alteración de sus amistades".

Más allá de que estos sentimientos también los hemos tenido casi todos los que fuimos criados en hogares heterosexuales, lo que no dice dicha editorial es que esos sentimientos no son producto de la orientación sexual de los padres, sino de la sociedad homofóbica que opina como el que escribe la editorial. Yo mismo he sufrido de vergüenza, aprehensión, enojo, etc. en mi infancia y temprana adolescencia al tratar de esconder o negar la homosexualidad de mi hermano mayor.

Pero también he vivido sentimientos muy positivos, como seguramente los deben sentir muchos niños que viven en hogares homosexuales. El de amar a una persona por lo que yo reconozco que es y no por lo que una gran cantidad de prejuiciosos me dicen que tengo que pensar que es. El de aprender a enfrentar con valor y críticamente posturas mayoritarias. El de confiar en mi pensamiento y mis sentimientos y no dejarme humillar por la burla o el chiste fácil y estúpido de un interlocutor al que se le acabaron los argumentos. El de ser tolerante, comprender y aceptar que otras personas reflexivas, comprensivas y con buenos sentimientos tengan dificultad para cambiar su postura y necesiten más discusión, más introspección y un tiempo propio para reacomodarse, tal como lo he necesitado yo.

Apoyo la ley de matrimonio porque quiero para mi hermano y para el resto de los homosexuales, travestis, transexuales y bisexuales, el derecho a casarse. El derecho a adoptar hijos, brindarles amor y vivir la hermosa experiencia que es ser padre o madre. El derecho a compartir la obra social con su pareja e hijos. El derecho a una pensión por fallecimiento para él o su pareja. El derecho a amar a quién deseen y ser como cualquier otro/a ciudadano/a ante la ley.

Apoyo la adopción por parte de parejas homosexuales porque quiero que los niños que hoy están en la calle tengan derecho a un hogar, a una familia y a recibir amor. A crecer y educarse en la diversidad de ideas y sentimientos. Y creo que esto se los puede brindar cualquier pareja dispuesta a dar amor y contención, independientemente de su orientación sexual.

3 comentarios:

  1. Bueno. ¿Qué decir?
    Iba a escribir algo al respecto, es un tema bastante jodido, y apoyo completamente lo que dijiste, pero si me pareció que te olvidaste de algo fundamental: La iglesia, lamentablemente no sé de donde siguen sacando tanto apoyo.
    Es escuchar tan sólo quienes están en contra de los homosexuales "dios dijo adan y eva" " dios dijo nene y nena" es algo ilógico sino irracional.
    Cuando se apruebe la ley va a ser igual que cuando se aprobó la ley del divorcio, mitad de plaza vestida de rosa y mitad de negro.

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  2. Pasá el link al Facebook de 678, con la fecha correcta. Creo que se necesita la participación, por algo fueron a debatir a provincias más conservadoras, que muchas veces expulsan a los homo hacia otras ciudades.

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  3. Totalmente de acuerdo.
    Es más, agregaría a lo que decís: apoyá esta iniciativa aunque te haga ruido, porque se trata de derechos elementales de personas que lo único que tienen distinto a vos es su objeto sexual.
    Hace pocos días, en mi blog, www.enredandopalabras.blogspot.com escribí un poco sobre esto, tratando de evidenciar que los mismos que ni siquiera quisieran permitir el debate del tema, son los mismos "defensores de la familia" que se oponen al análisis de ADN a los hijos adoptivos de la viuda de Noble.
    Creo que esto, en sí mismo, es ya una confesión de parte.
    Saludos

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