martes, 12 de abril de 2011

La sombra de un traidor

EL PARRIPOLLO DEL VICE / SE MIRARON EN LA HONDURAS DESTITUYENTE / EL ABRAZO MENEM-ROJAS

Por  JUAN CARLOS SCHMID*

La trayectoria meteórica del vicepresidente J. Cobos pasó de ser el exponente de los radicales K en el gobierno, y la punta del iceberg  durante el conflicto con las patronales del campo con su protagónico voto “no positivo” en el senado; hasta el papelón de estos días resignando su  candidatura para las elecciones 2011.

Como los “negocios fósforos” que surgen al amparo de las modas, con poca inversión y mucho azar, insuficiente para que se extiendan más allá de un año o dos (el típico maxi-quiosco de los noventa), el vicepresidente se erigió como uno de los referentes de la oposición, con el viento de popa impulsado por los dioses mediáticos, y la brújula señalando como norte la actitud reñida con la ética y la vergüenza de las personas de bien.
El vicepresidente, hombre mediterráneo, confundió deriva con navegación.

Su proceder para el que huelgan los adjetivos tuvo dos efectos inmediatos. Por un lado, instalar la discusión sobre el real compromiso con un proyecto nacional y la lealtad a la presidente y los ciudadanos que los votamos.
La lealtad como valor intrínseco a las relaciones humanas y sociales, no como un valor negociable, porque es impensable en cualquier sistema político un gobierno con dos cabezas. Pensarlo sería monstruoso.
Por el otro, dejando al desnudo en el turbulento año 2008 a los actores del “lockout” de las patronales sojeras convertidos en oportunistas políticos, empresarios y sindicalistas, que especularon con la inminente caída del gobierno. (Honduras era la opción destituyente).
El periodismo “independiente”  sin valores éticos y con intereses concretos, a veces prejuzgando, otras veces dramatizando y siempre mintiendo, hizo el resto, confundir traición con una virtud republicana.

Otro efecto fue traer a nuestra memoria a vicepresidentes de la talla de Hortensio Quijano (UCR) que acompañó a Perón en 1946, o Solano Lima (Pdo. Conservador Popular) que secundó a Cámpora en 1973.
En ambos casos las fórmulas a votar expresaban el sentir de las mayorías, peronistas y no peronistas, nacionales y populares en coyunturas políticas difíciles, donde el poder oligárquico y los militares  asumían directamente el ejercicio del colonizador, al servicio de las potencias centrales y la embajada de los Estados Unidos.
Rosas, Yrigoyen, Perón y Néstor Kirchner expresarían en su tiempo y medida la visión nacional y popular, antiimperialista, de patria grande.

No es la primera vez que el oportunismo asoma en la vida política y bastan dos hitos de los noventa; el abrazo Menem-Rojas que sacudió el imaginario peronista y el “Pacto de Olivos” entre Menem-Alfonsín que conmovió el imaginario de los radicales.
Todo parece indicar que los acuerdos, fórmulas, alianzas no tienen perspectiva cuando carecen del sustrato popular, del mandato de la Historia, no como determinismo sino como sentimiento engarzado en los intereses de los trabajadores y la cultura popular.
Los inmigrantes del ´16, los provincianos del ´45, la Juventud Peronista del ´70,  los jóvenes y la clase trabajadora del 2001 y del 2010, expresaron y expresan que se sienten identificados con las nuevas formas de hacer la política, el sindicalismo, la cultura.
Una porción cada vez mayor de la clase media urbana percibe y adhiere a las políticas de la presidente Cristina Kirchner. Es cautivada no sólo por los resultados económicos, sino por las formas y contenidos que dieron la vuelta de página a los paradigmas del neoliberalismo setenta-noventista.

La pretensión del jefe de la ciudad de prohibir el acto de la CGT del 1º de Mayo es una provocación, pasto para los medios de comunicación, pero a su vez, otra manifestación de la no-política, del oportunismo extremista, de la deslealtad al espacio democrático, que día a día, ciudad por ciudad, tratamos de consolidar los trabajadores y el pueblo, como un bien propio, de todos los argentinos bien nacidos que acompañamos a este gobierno,  nuestro gobierno, el mejor en décadas.

Ni Cobos ni Macri, logran descifrar la Argentina en que viven más allá de sus ambiciones e intereses personales, y lamentablemente arrastran a la oposición al tembladeral de la impotencia y la crispación, algo que para nada beneficia a la democracia que dicen defender.
De la mayoría parlamentaria obtenida por la oposición en 2009 tan sólo quedan como recuerdos la desinteligencia, la diatriba, el atajo, la desunión. De esto algo sabe el soberano, y así lo manifestó en las elecciones de Catamarca y por sobre el fraude, en Chubut.

Bajo las añosas hojas de la historia, hay hombres públicos y hasta vicepresidentes que dan mala sombra, porque más allá de las palabras y los discursos, nuestro pueblo persiste en aferrarse a que “la única verdad es la realidad”.
Y entonces se agiganta la sombra de un grande, el general Perón, pero esa ya es otra historia, la de un líder tres veces elegido democráticamente a presidente de la nación.

* Integrante de la CNSP, (Corriente Nacional del Sindicalismo Peronista), Secretario General del Sindicato de Dragado y Balizamiento, Secretario de Capacitación y Formación Profesional e integrante del Consejo Directivo de la CGT

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