miércoles, 24 de agosto de 2011

LA TRAMPA DE MAJUL Y DEMÁS PASTORES POLÍTICOS Y PERIODISTICOS


Cuando no se quiere ver la realidad se recurre al pensamiento mágico
Foto Perfil.com

Por Marcos Doño
¿DÓNDE QUEDÓ “LA INSEGURIDAD”, “LA CORRUPCIÓN” Y “EL AUTORITARISMO”?

Apenas se conocieron los primeros resultados de las Primarias en Argentina, en la apertura de su programa de televisión el periodista Luis Majul otorgó al 50% del Frente Para la Victoria un sentido casi azaroso. Dijo: “Nadie esperaba un resultado tan contundente.”
Luego, en su estilo siempre tan liso y con rostro circunspecto intentó una exégesis sociológica que explicara tal desatino popular. Un intento pueril para no perturbar en demasía su austero pensamiento.
Pero la expresión de Luis Majul no era la de un cientista social preocupado por la realidad. Más bien mostraba el desconcierto ante una realidad que se le presentaba indescifrable, tanto como el mismísimo misterio de la Santa Trinidad al mundo cristiano. Sin abandonar su ademán, volvió a la carga con  su fragilidad especulativa y repitió  que nadie esperaba un triunfo tan contundente.

La primera pregunta que cabría hacerse, es: ¿Quiénes componen el universo de los “nadie” de Majul?
Digamos que su sorpresa encerraba algo más que perplejidad. Y era la contradicción que salía a la luz a partir del contraste de su discurso con los guarismos que se leían ahí nomás, en el zócalo de la pantalla, debajo del destemplado conductor: Cristina Fernández 50%; Eduardo Duhalde 12, 7 %; Ricardo Alfonsín 12,6 %, Binner 10%, y al final el 2,8 del contentísimo candidato del Partido Obrero José Saúl Wermus, más conocido como Jorge Altamira, quien lejos de proponerle a la masa proletaria la Revolución Permanente ni ninguna revolución por el estilo, había logrado superar el límite del 1,5%, exigido por la justicia para poder presentarse como candidato en las elecciones de octubre próximo.  Después, el líder trotskista brindaría con champaña con el conductor del programa y afiliado al Partido Comunista Samuel “Chiche” Gelblund, por una apuesta que el sempiterno candidato del Partido Obrero le había ganado sobre el resultado.

Pero, ¿cuál es entonces la razón de emitir semejante sandez en el mismo momento que las palabras están siendo guillotinadas por los datos de una realidad que, además, terminó por superar los pronósticos más alentadores en favor de la Presidenta?

En su libro “La Estrategia de la Ilusión” Umberto Eco nos aclara que muchas veces las conductas de los políticos y los intelectuales no se explican por la política ni las ideas sino por el psicoanálisis. En este sentido que debemos buscar las causas de la trampa a la que se somete Majul, al igual que la mayoría del arco político. Más allá de otros factores, mucho de lo que vemos se explica por lo que Freud definió como “Pensamiento mágico”: “La creencia errónea de que los propios pensamientos, palabras o actos causarán o evitarán un hecho concreto de un modo que desafía las leyes de causa y efecto comúnmente aceptadas. El pensamiento mágico puede formar parte del desarrollo normal del niño.”

LA IDEA DE CAOS NO PRENDIÓ
Muchas veces necesario, el pensamiento mágico actúa como combustible espiritual para aglutinar ideas y voluntades en el camino legítimo hacia el poder político. Pero cuando esta característica persiste en el discurso adulto a modo de andamiaje, entonces hace que la negación de la realidad derive en un misticismo precario, en una especie de “creer para ver”. Aun en aquellos casos en que el discurso tiene como origen el pago por los servicios prestados, quien cobra necesita también un lugar para ese pensamiento mágico que haga más comestible la traición.
En algún momento del devenir de la mentira y la negación porfiada de la realidad el embuste político a escala pública termina por ser pulsión necesaria hacia una metamorfosis moral, que a modo de desagüe servirá para escurrir la culpa.   

Recordemos que lo que muchas veces consideramos como natural en política, suele ser herencia de atavismos culturales, de prejuicios e intereses de clase, como de construcciones intelectuales, muchas de ellas pacientemente fogoneadas desde algún polo de poder. De tal manera que lo que algunos ven y nos quieren hacer ver como lógico, como natural que así sea, cómo inevitable que deba suceder de tal manera y no de otra –en este caso que las elecciones primarias serían, según la profecía an, el comienzo del apocalipsis kirchnerista –, no es sino la resultante de un escenario de deseos e intereses, cuya mayor ilusión sigue siendo la de creer que se puede diseñar la realidad a medida, cual dioses lobistas. Todo, por supuesto, con la ayuda esmeradísima de intelectuales, periodistas y analistas gurús de los medios opositores hegemónicos.

Sin embargo, Majul insistió durante el desarrollo de su programa. Su pensamiento mágico lo empujaba a decir más de una vez el slogan negador: “Nadie pensaba que este sería el resultado de la votación”.

Aunque parezca una perogrullada explicarlo, es a partir del mismo momento en que se conocen los resultados que queda comprobado de manera fáctica que antes de emitir su voto había un 50% de la ciudadanía que no se había prestado ni era parte del espejismo mediático que intentó arriar al electorado detrás de sus pastores políticos y periodísticos. La sorpresa de Majul y la de sus asociados políticos y empresarios había dejado de tener asidero desde el mismo momento en que se vieron los resultados.

No hay dudas de que se trató por todos los medios, de comunicación sobre todo, de fusionar a la sociedad en contra del gobierno a partir de la idea de que vivimos inmersos en un caos de corrupción, autoritarismo e inseguridad, todos invadidos por una inflación que se devora el salario y la dignidad del bolsillo. Sin embargo, el final estrepitoso del kirchenirsmo, preanunciado hasta el hartazgo no prendió ni en el 50% que se decidió a votar al Frente para la Victoria, ni sirvió para aglutinar al otro 50% restante detrás alguno de los pastores políticos de la oposición que se quedó sin báculo ni voz.

La sorpresa de Luis Majul, la misma que la de todos los sorprendidos de la oposición, no es otra que la de quien mira por primera vez en un telescopio y exclama su asombro al comprobar lo limitado de sus los ojos, cuando de lo que se trata es de ver la compleja e infinita bellaza del universo.
Como un poderoso catalejo, el resultado de estas primarias ha venido a mostrarle a todo el arco opositor –periodistas, intelectuales y políticos- un universo social fulgurante y en desarrollo, ocultado detrás de su tozudez y su negación a ver la realidad.

3 comentarios:

  1. Gelblung afiliado al partido comunista.Creo que usas la misma liviandad que los majules.Un poco mas de respeto a nuestra inteligencia,

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  2. Si señor, así como lo leyó, aunque le duela. Y no sólo sé que lo es, sino que él mismo lo mostró en cámara. Además, de qué te sorprendés. El PC en su conjunto apoyó la dictadura. Hay cientos y cientos de casos y denucnias al respecto. Pero más allá de todas ellas, lo que vale es lo que el propio Partido Comunista dijo sobre Videla. Me parece que el liviano sos vos. Hay que informarse más. Salvo que seas de ese partido traidor a todas las revoluciones desde Stalin en adelante.

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  3. Nos sorprendimos con la respuesta popular durante los festejos del bicentenario, nos sorprendimos con la reacción popular ante la muerte de NK, ahora nos sorprendemos ante el resultado de las PASO.
    Así vamos, de sorpresa en sorpresa; quizás debamos empezar a sorprendernos de que la realidad sea tan distinta a lo que suponemos.
    Muy buena la metáfora del telescopio.

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