viernes, 12 de marzo de 2010

¡Se viene el comunismo! (perdón, el consumismo)



En la edición impresa de hoy, el diario La Nación publica una nota llamativa en la tapa del suplemento Económico bajo el título "Se reactivan las ventas, pero con faltantes en las góndolas". Básicamente, el artículo hace hincapié en los resultados que obtuvo la consultora CCR sobre el comportamiento de los consumidores y proveedores durante el primer bimestre del año.
Según Guillermo Oliveto, director de CCR, la inflación no resintió el consumo, el cual aumentó en lo que va del año un 4,6%. Alimentos, bebidas, artículos de limpieza y tocador, fueron los productos que más crecieron en sus ventas. Este dato, reconoce Oliveto, es mayor al proyectado para todo el año. Pero he aquí el problema que aqueja históricamente a la clase empresaria argentina. Cuando están dadas las condiciones para aumentar la producción (es decir, un consumo interno expansivo sumado a un buen clima exportador), comienzan a utilizar la práctica conocida como especulación: de repente faltan productos en las góndolas.
Al respecto, la nota firmada por Alfredo Sainz, dice: "No todas son buenas noticias, ya que los comerciantes reconocen que la reactivación del mercado es acompañada por un incremento de los faltantes de productos en varios rubros de consumo masivo". Es decir, el consumo puja, la oferta se reduce. La consecuencia: inflación. Así lo explica, en el mismo artículo, el presidente de Cadam (Cámara argentina de distribuidores y autoservicios mayoristas), Aberto Guida: "No ha habido un incremento de la capacidad productiva para acompañar a la mayor demanda, lo que se traduce no sólo en algunos aumentos de precios, sino también en una entrega parcializada en varios rubros".
Los mayoristas aglutinados en Cadam aseguran que la demanda se expande, en parte, por el plan de asignación universal por hijo, el cual beneficia a un segmento de la población que consume productos primarios, justamente aquellos que registraron una mayor suba en sus ventas. Para finalizar (y pensar), Oliveto brinda una (¿cómo decirlo? ¿acertada? ¿oportuna?) reflexión acerca del comportamiento del consumidor argentino: "La gente tiene, en su mayoría, una visión mala o regular de la situación del país, pero a la vez reconoce que su situación personal está mejor".
Mientras la discusión mediática pasa por cómo sanear el Indec, los empresarios del rubro alimenticio hacen timba con la panza de millones. ¿De qué nos servirá el día de mañana un necesario ordenamiento de las cuentas del Indec si sólo va a servir para sincerar las especulaciones de un sector empresario? Hacete la del mono, van a decir, los precios suben.
Vamos muchachos, a llenar las góndolas que se viene el comunismo, digo el ¡consumismo!
Por Franco Spinetta

2 comentarios:

  1. Por primera vez en La Argentina asistimos a una inflación por falta de mercaderías y aumento del consumo. Aquí siempre la inflación vino por emisión monetaria para que el Estado pueda pagar sus compromisos en dólares. Suba del dólar e impresión de billetes sin reservas era nuestra constante. Ahora podemos conocer la verdadera inflación, la real por el valor del dólar, ya que se mantiene bastante estable gracias a la capacidad del Estado de proveer de dólares al requirimiento hasta de los especuladores y de los operadores intencionales contra el país.

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  2. La inflación, Eva, tiene varias causas. Esta nota sirve para ilustrar una de sus causas: la falta de escrúpulos en el sector empresarial especulativo. Lo peor es que esto golpea directamente a los sectores de bajos recursos.
    Saludos!

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