martes, 7 de febrero de 2012

¡NO HABLEMOS MÁS DE HOLOCAUSTO!


Hubo matanzas, shoá, exterminio…
Por Liliana Mizrahi

Cuando se habla del genocidio nazi, del argentino, del armenio, o algún otro de los que se multiplican ante nuestros ojos, la palabra “holocausto” está mal usada.

El aniversario del Holocausto…, las víctimas del holocausto…, el holocausto nazi. No!

Holocausto es ofrenda, sacrificio, entrega y renuncia a algo muy amado o necesitado, entrega de algo querido. Ofrecer en holocausto o en sacrificio algo importante para mí, para el bien de otros o para lograr un ideal o un objetivo.

En el genocidio nazi no hubo ningún holocausto, hubo planificación y exterminio, solución final, crímenes a mansalva, digamos… matanza.

En Argentina también hubo matanza a granel, exterminio, desaparición, robos de bebés. No hubo holocausto, hubo crímenes, no hubo ofrenda, entrega, hubo asesinatos planificados, ejecutados y escondidos, como en España.

Como ciudadana argentina, de origen judío, en ambos genocidios con los que cargo y tramito, me niego a llamar holocausto,(que es un ritual religioso), a lo que fue una matanza infernal en ambos casos.

Holocausto fue la ofrenda que Agamenón hace, según el mito, entrega a su hija Ifigenia, para que la diosa Artemisa ayude a sus barcos a llegar a Troya.

Holocausto es el de Abraham que obedece la voluntad de su Dios que le manda matar a su hijo Isaac y que se resuelve en el pacto de la circuncisión. La parte por el todo. La parte, el prepucio de su hijo, por el todo, la vida de Isaac.

Holocausto es el de los terroristas suicidas que se matan por un ideal en el que creen y se convierten en mártires.

Yo creo que los genocidios que llamamos holocaustos son crímenes que no prescriben. Asesinatos. Matanzas.
Llamar holocausto a lo que fue un exterminio es cambiar el sentido y el significado, es una palabra mal empleada y quizás hay que repensarla, por favor, me resulta ofensiva, me parece irrespetuosa para los asesinados.
¿De qué holocausto hablamos? Exterminio, en hebreo Shoá.

1 comentario:

  1. 1 Ceremonia religiosa antigua en la que se ofrecía en sacrificio una víctima que era quemada.
    2 Genocidio o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos de raza o religión; especialmente, el llevado a cabo en Europa por los nazis contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
    NOTA Se escribe normalmente con mayúscula inicial cuando hace referencia al holocausto judío.
    3 Culto Sacrificio o entrega que hace una persona por el bien o el beneficio de otras.
    Diccionario Manual de la Lengua Española Vox.© 2007 Larousse Editorial, S.L.

    Algo parecido dice Wordreference, pero más simplificado:
    http://www.wordreference.com/definicion/holocausto

    Los primeros en usar el término «Holocausto» fueron los historiadores judíos de finales de la década de 1950, aunque su generalización no se produjo hasta finales de los años sesenta.
    La palabra «holocausto» proviene de la traducción griega del Antiguo Testamento conocida como Versión de los setenta, en la que el término olokaustos (‘completamente’ y ‘quemado’) traduce la palabra hebrea olah, que hace referencia a una ofrenda completamente consumida por el fuego.
    También se utiliza para nombrarlo, aunque con menor frecuencia, el término shoah (sho'ah), adaptación de la forma latinizada ha'shoáh, del hebreo, que significa «masacre». Este término apareció por primera vez en un folleto publicado en Jerusalén en 1940 por el «Comité Unido de Ayuda a los Judíos en Polonia». La palabra forma parte de la expresión Yom ha-Sho'ah, con la que se nombra en Israel al día oficial de memoria del Holocausto.
    En cuanto a la historia del uso del término «holocausto», ya en el siglo XII el monje y cronista inglés Richard of Devizes utilizó la expresión «holocaust» en su narración de la coronación de Ricardo I de Inglaterra (Ricardo Corazón de León), refiriéndose a las matanzas de judíos en Londres, iniciadas por el rumor de que hubiesen sido ordenadas por el Rey, quien según algunos historiadores mandó castigar a los judíos que se atrevieron a hacer reverencias en la coronación del Rey cristiano.
    Desde el siglo XVI se empleó la expresión «holocaust» en el idioma inglés para catástrofes extraordinarias de incendios con gran cifra de víctimas. En el siglo XVIII la palabra adquiere un significado más general de muerte violenta de gran número de personas.
    Antes del genocidio Nazi de los judíos, Winston Churchill usó la expresión «holocaust» en su publicación El mundo en crisis en referencia al Genocidio armenio en Turquía (The World in Crisis, volume 4: The Aftermath, New York, 1923, p. 158).
    El uso de la palabra holocausto para referirse al genocidio de aproximadamente seis millones de judíos europeos durante la Segunda Guerra Mundial, se justifica a través de su referencia etimológica a algo quemado, pues tras el uso de la herramienta genocida más característica de la solución final, las cámaras de gas, los cuerpos de los asesinados eran incinerados en hornos crematorios.
    La persecución y el asesinato de los judíos no se desarrolló solo en Alemania, o en los distintos campos de concentración creados a tal fin, sino que se extendió a Rusia, Europa Oriental y la península Balcánica, donde los alemanes y sus colaboradores (austriacos, lituanos, letones, ucranianos, húngaros, rumanos, croatas y otros) llevaron a cabo múltiples matanzas de judíos en fosas, bosques, barrancos y trincheras.

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