sábado, 3 de marzo de 2012

“La mejor mujer es la muda”


8 de marzo de 2012, Día Internacional de la Mujer
Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará” Orden bíblica dada a Eva. Génesis 3:16
Por Liliana Mizrahi
Esta subordinación formaba parte del orden natural.
A una mujer que gobernara sobre los hombres, que ejerciera una función dominante, ya fuera desde  un trono, o dentro de la misma  familia, se la considerada “masculina, viril” y era una verdadera anomalía y amenaza para la jerarquía natural del universo, en el cual el hombre estaba situado en primer lugar.

La secundariedad es uno de los mandatos ancestrales que el patriarcado impone a las mujeres. Cuando este mandato se transgrede, el universo patriarcal se siente afectado, amenazado en su narcisismo y además no entiende la anomalía que significa que una mujer sea primera y no segunda, ni de segunda.

Las mujeres hemos trabajado mucho para conceder valor a nuestras propias vidas. La idea grotesca de que “la mejor mujer es la muda”, escrita por primera vez en la antigua Grecia, reaparece en autores, cómicos, chistes y prejuicios.
El silencio, es otro de los mandatos patriarcales que cae sobre las mujeres.

De los tantos factores que han contado, que han incidido y limitado las vidas de las mujeres, estos mandatos ancestrales, el impacto de las ideas de que las mujeres no eran humanas, no tenían alma, no debían ser educadas alfabetizadas, su mundo era el mundo privado, aisladas… estas tradiciones negativas han demostrado se poderosas y altamente resistentes al cambio.

Se acerca el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, día político, de encuentro y reflexión crítica acerca de nuestra condición de mujeres, hoy  2012. Qué problema de nuestro género nos interesa.

No es un día inventado por la sociedad de consumo en el que debamos esperar o regalar flores. Si queremos celebrar a nuestras amigas, madres, hermanas…otras mujeres. Nosotras sabemos abrazar, dar besos, tener en brazos, escribir, cocinar, dibujar.

Recordamos a las obreras quemadas en Estados Unidos , a las mujeres argentinas quemadas, a las científicas, a las campesinas, a las desaparecidas, hablamos de la anticoncepción, el aborto, la sexualidad, ¡el punto G!, la trata, la menopausia… Hablamos de nosotras, seguimos nuestra búsqueda y nuestros encuentros. Seguimos recreándonos en plena revuelta.

Somos herederas de una moral inquisidora y somos herederas de las obreras textiles quemadas que luchaban por menos horas de trabajo.

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