¿Tiene autoridad moral el Gobierno para criticar a Clarín cuando fue su principal aliado mediático hasta hace dos años? - No soy dispensador de opiniones sobre la autoridad moral. Opinen ustedes de eso.
- Hay un fenómeno que se da en paralelo a la pelea del Gobierno con Clarín, que es el auge de nuevos empresarios de medios kirchneristas, como Diego Gvirtz o Sergio Szpolski.
- Hay algunas cosas que me parece que son interesantes. Y que tienen repercusión.
- ¿Cuáles?
- Un programa como "6,7,8" tiene repercusión. Es un fenómeno social importante. Tiene rating. No es el tipo de estética que a mí me interesa, en realidad pocas cosas de la televisión me interesan, pública o privada. Hay otras que me parecen inconsistentes. Este diario nuevo que salió, Tiempo Argentino, es una copia gráfica de Clarín. Un diario que sea un copia de otro, la verdad es que no me atrae demasiado. Cada producto tiene que tener su originalidad, su personalidad.
- ¿Y la línea editorial?
- No lo sigo tanto como para poder opinar. Sé que en general apoya todas las medidas oficiales y cuestiona las de la oposición (sonríe).
- Bueno, usted ha escrito que una cosa es hacer periodismo, y que para lo demás están los medios oficialistas. ¿Se justifica un programa como "6,7,8", donde no hay un equilibrio informativo?
- No hay equilibrio en el conjunto de los medios argentinos. La confrontación de Clarín con el Gobierno ha llevado a una polarización donde esto se reproduce en espejo. Tenés "6,7,8" por un lado y tenés "TN" por el otro.
- ¿Pero es periodismo?
- No, porque "6,7,8" no es un programa periodístico. Es un espectáculo, es un show sobre temas políticos. Es un show informativo sobre temas políticos. Lo que hacen no es periodismo, es propaganda política. Y es legítima.
- ¿Legítima? Se hace pasar por periodismo...
-¿Quién se hace pasar por periodismo? No se puede considerar ese tema sin tener en cuenta el contexto. "6,7,8" es un intento de equilibrar un poco la balanza, es un espejo de lo que hay del otro lado, Clarín.
(Fuente: Noticias)