A SEIS MESES DE LA MUERTE DE NÉSTOR KIRCHNER
Opinión
Por Julio Fernández, dirigente del Movimiento Libres del Sur
Una de las principales razones por las cuales nos alejamos en su momento del gobierno nacional, fue la falta de renovación de la política. De hecho, hoy, podemos ver que volvieron casi todos: Radicales y Pejotistas responsables de la gran debacle nacional y popular argentina.
Sin embargo, es justo también decir que Cristina, ante la dura y aleccionadora derrota del 2009, retomó algunas de las banderas transversales, promovió la ley de audiovisuales, alentó el proyecto de matrimonio igualitario, decretó la asignación por hijo, depuró (o está en eso) la Policía Federal, etc.
A la vigencia de ellas se debe en buena medida la consideración pública que goza actualmente. Es decir, la historia vino a demostrar que avanzar en los cambios no solo era posible, sino indispensable para evitar el camino al precipicio.
Por ello, a seis meses de la muerte de Néstor Kirchner lamentamos profundamente que, en su momento, no se hubiera animado a continuar con la audacia demostrada a los comienzos de su mandato.
¿Qué necesidad había de resucitar a tanta vieja dirigencia de tan anquilosados partidos? ¿Qué demostraron en todo este tiempo? ¿Qué, los Cobos, los Colombi, los Zamora, los del Moral, los Pedraza, los Zanola, los Gioja, los de la Sota, los Scioli, los Othacehé, los Alak, los Anibal o los alberto?
Al mismo tiempo, a seis meses de su fallecimiento, también lamentamos profundamente que Cristina, en vez de hacer una defensa cerrada de los recursos naturales y del patrimonio de nuestra patria, conserve la legislación financiera de la dictadura, mantenga el injusto régimen impositivo, promueva los negocios de la minería "a cielo abierto", acepte la entrega de nuestro petróleo y gas a manos extranjeras, facilite la depredación, desmonte y sojización del suelo y no defienda la industria ferroviaria, marítima y aeronáutica, entre otras.
¡¡Ellas también se pueden!!
"Es una tragedia que no figuren en la agenda" -como dice el amigo Horacio González-, cuando hasta los países árabes se sublevan frente al viejo poder dominante.